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Las mujeres embarazadas pueden volar sin preocupaciones, siempre y cuando no tengan complicaciones. Este es el mensaje del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), publicado en el último número de la revista Obstetrics and Gynecology (2009;114:954).

 

Desde 2001 se han publicado diversos estudios de observación en los que se apuntaba que los viajes aéreos son, en general, seguros para aquellas gestantes cuyos embarazos no presentan complicaciones. Unas evidencias que, como apunta el Dr. William H. Barth, del ACOG, “han hecho que nuestras recomendaciones anteriores sean más contundentes y más detalladas. Y es que las preguntas de nuestras pacientes acerca de los viajes aéreos durante el embarazo son algunos de los temas más comunes durante la consulta de obstetricia. Cuanto una paciente cuyo embarazo no tiene problemas pregunta por los viajes aéreos ocasionales, deberíamos decir con tranquilidad que es seguro”.

 

En este contexto, sin embargo, el ACOG también recomienda que las mujeres embarazadas tomen algunas precauciones que todos los pasajeros deben observar. Así, y para evitar los coágulos, deben mover las piernas, evitar la ropa apretada, mantenerse hidratadas y dar paseos periódicos. Los expertos también recomiendan que las mujeres embarazadas mantengan sus cinturones abrochados mientras estén sentadas y que eviten alimentos y bebidas que producen gas, como son las bebidas carbonatadas, que pueden causar incomodidad.

 

Por el contrario, según el ACOG, las mujeres embarazadas que podrían necesitar atención de emergencia no deberían volar de ninguna manera si están embarazadas. Las aerolíneas también podrían tener requerimientos específicos. Aunque la mayoría de las aerolíneas comerciales permite que las mujeres embarazadas vuelen hasta la semana 36 de la gestación, las restricciones podrían variar y se deben consultar con la aerolínea antes del viaje.