Las infecciones constituyen uno de los motivos más frecuentes de la asistencia en los servicios de urgencias, con una media del 10,5%, que asciende al 17% durante el invierno, según los datos manejados por el Grupo Infecciones en Urgencias (INFURG-SEMES), adscrito a la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), presentados hoy.

 

Las patologías infecciosas más frecuentes atendidas en urgencias corresponden a las de las vías respiratorias bajas (IVRB), un 33% del total, especialmente la agudización de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la neumonía adquirida en comunidad (NAC), seguidas de las del tracto genitourinario y de las vías respiratorias altas.

 

En este sentido, la agudización de la EPOC, constituye entre el 8 y el 10% de todas las asistencias urgentes en invierno. La neumonía adquirida en comunidad (NAC) es la primera casa de muerte por enfermedad infecciosa y se ha evaluado que entre el 75 y 80% de todas ellas pasan por los servicios de urgencias. Otros aspectos de gran interés se refieren a las respuestas de los servicios de urgencias ante las "esperables epidemias de invierno", como la gripe, y las enfermedades importadas o emergentes por los inmigrantes y los cooperantes que vuelven del trópico.

 

Esto pone de relieve la importancia de la patología infecciosa, dado que entre el 20 y el 25% de los pacientes deben ser ingresados y el 6% queda en observación en urgencias. En cuanto a su gravedad, entre el 15 y el 25% de las infecciones cumplen criterios de sepsis, y de estas una de cada seis de sepsis grave, de las que una será shock séptico.

 

La mayoría de los pacientes con sepsis se atienden en urgencias, y como se trata de una enfermedad tiempo dependiente (como el infarto o el ictus) el manejo debe ser inmediato y adecuado porque su índice de mortalidad puede ser superior al 50% de los casos graves.

 

Por todo ello, INFURG-SEMES destacó hoy en un comunicado la necesidad de adecuar el tratamiento antibiótico de forma correcta atendiendo a las recomendaciones o guías, pues sólo el 25% de los casos se consideran adecuados en cuanto al antimicrobiano elegido, su dosis y su pauta, ya que menos de la mitad no se adecua ni confirma que sigue los protocolos oficiales.