ESCLEROSIS MÚLTIPLE
Un tratamiento habitual para la esclerosis múltiple no retrasa la progresión de la discapacidad
JANO.es · 18 julio 2012
Investigadores estadounidenses constatan que la administración de beta-IFN no se asocia con un cambio significativo en los efectos de la enfermedad.
Investigadores de la Universidad British Columbia y del Centro Vancouver Coastal Health (Canadá) han llevado a cabo un estudio sobre el impacto de una terapia con medicamentos comunes en la progresión de la esclerosis múltiple, en personas con esclerosis múltiple RR (recaída-remisión).
El trabajo, dirigido por los doctores Helen Tremlett, Afsaneh Shirani y Joel Oger y publicado en la revista JAMA, no muestra evidencias de que los interferones beta (beta-IFN), un grupo de fármacos ampliamente recetados para tratar la esclerosis múltiple (EM), tengan un impacto mensurable en la progresión de la enfermedad.
El equipo examinó los registros de salud vinculados a 2.656 pacientes con EM entre 1985 y 2008, en un estudio de cohorte retrospectivo. Las fuentes incluyen el Ministerio de Salud de British Columbia, PharmaNet y la base de datos sobre Esclerosis Múltiple de British Columbia.
La población incluyó a pacientes con EM tratados con interferones beta (beta-IFN), el tratamiento más común para la EM de recaída-remisión, y pacientes con EM no tratados. El equipo de investigación observó que la administración de beta-IFN no se asoció con un cambio significativo en la progresión de la discapacidad. Con todo, los científicos recomiendan seguir administrando el fármaco, que, según explican, reduce el número de recaídas.
"Este estudio proporciona una información adicional a los pacientes y a los médicos sobre el efecto a largo plazo de esta clase de medicamentos", explica la autora principal, Helen Tremlett. Según la investigadora, "esta clase de fármacos es muy útil en la reducción de las recaídas, que pueden ser importantes para los pacientes; por lo tanto, no se recomienda que los pacientes dejen de tomar estos medicamentos. Sin embargo, nuestros hallazgos permiten tener expectativas más realistas en cuanto a los beneficios esperados asociados con el tratamiento farmacológico".
Por su parte, Afsaneh Shirani señala que "es posible que algunos pacientes obtengan beneficios a largo plazo del beta-IFN. En estos momentos, estamos trabajando para identificar a los pacientes que responden mejor al tratamiento. Por otro lado, nuestro estudio también alienta la investigación de nuevos tratamientos para la EM".
La EM de recaída-remisión se caracteriza por recaídas o 'reagudizaciones', durante las cuales pueden aparecer nuevos síntomas, o pueden empeorar los síntomas existentes. Las recaídas son seguidas por periodos de remisión, durante los cuales la persona puede recuperarse total o parcialmente. Esta forma de EM es la más común, y afecta a alrededor del 85% de los pacientes con esclerosis múltiple en Canadá.
"Según los ensayos clínicos, ha sido evidente durante años que los pacientes que reciben tratamiento con IFN-beta experimentan una reducción en la frecuencia de las recaídas, y en la frecuencia de nuevas lesiones, observadas por resonancia magnética", explica Joel Oger. El investigador añade, sin embargo, que "el nuevo estudio no muestra una asociación entre los IFN beta y la discapacidad a largo plazo".