Medicina y humanidadesHEPATOLOGÍA
Alarmante incremento de la mortalidad por hepatitis C en Estados Unidos
JANO.es · 25 marzo 2008
Entre 1995 y 2004 el índice de muertes asociadas a esta enfermedad aumentó en el país un 123%
Capital política y administrativa de Galicia, Santiago de Compostela fue fundada en torno al año 813. Mágica meta del Camino de Santiago, una ruta que millones de peregrinos han recorrido desde el siglo IX, se veneran en su Catedral los restos del apóstol, cuyo descubrimiento originó el nacimiento de la ciudad actual, aunque los restos arqueológicos indican la existencia de un núcleo poblacional que data de la Edad de Bronce.
Patrimonio de la Humanidad, Santiago configura un monumental bosque de piedra que asombra al visitante en cada recodo, en cada esquina de sus calles, plazas y plazuelas de trazado medieval. Pasear por el casco antiguo de Santiago es recorrer muchos de los pasos que la humanidad ha dado en los últimos 11 siglos de historia. Citemos, a modo de breve orientación, algunos de sus lugares imprescindibles:
Rúa Nova y Rúa do Vilar. Tradicionales calles semiporticadas en las que se concentran librerías de viejo, restaurantes tradicionales y tenderetes diversos. La do Vilar es la más emblemática y fotografiada de la ciudad. Bajo la lluvia y en la noche, los reflejos nos transportan a nostálgicos tiempos pasados.
Plaza del Obradoiro. Por mucho que se haya oído, cuando se entra por primera vez en esta plaza de asombrosa belleza y grandes proporciones, el visitante se queda paralizado. En este monumental lugar se dan cita el románico puro del palacio de Gelmírez, el románico tardío del colegio de Xan Xerome, el plateresco del Hostal de los Reyes Católicos, el neoclásico del palacio de Raxoi y el soberbio barroco de la fachada de la Catedral.
La Alameda. Situada extramuros, constituye el punto de unión entre la ciudad antigua y la moderna. Por su paseo de la Herradura, Valle-Inclán acostumbraba realizar sus soliloquios. Vista espléndida de las torres de la Catedral. Monumento a Rosalía de Castro. Árboles centenarios y sosiego.
Plaza do Toural. Antesala de la gran Compostela monumental. La preside el Palacio de Bendaña, edificio barroco del siglo XVIII que corona un atlante al que una leyenda misógina atribuye el mandato de arrojar la bola del mundo que porta sobre sus espaldas cuando una moza virgen pase bajo sus pies.
Rúa do Franco. El Franco es la zona más tradicional de paseo, tapeo y copeo de Compostela. Comunica La Alameda con la Plaza del Obradoiro. La Rúa do Franco orilla la Plaza de Fonseca, que alberga el antiguo colegio que da pie a que la Tuna cante “Triste y sola, sola se queda Fonseca…”.
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A las puertas del perdón Santiago de Compostela pasa por ser la Meca del peregrino jacobeo. Aunque los pies sean pura llaga y el cuerpo huela a “tigre”, cualquier caminante hace de tripas corazón y acaba con buen ánimo el paseo medieval por la ciudad mágica. Ojo: ¡ave de paso, cañonazo! Ya en la Compostela medieval, hubo una buena legión de vendedores de conchas de vieiras que se disputaban el ganado turístico de la época. En el siglo XII, el papa Calixto se largó un duro sermón “contra los comerciantes, posaderos y demás aprovechados de la buena fe de los peregrinos que vienen a Compostela”. Menos mal que la Puerta Santa (1611), llamada también Puerta del Perdón o Puerta de los 27 Sabios, de la fachada este de la catedral, que da acceso directo a la cripta desde la plaza de Quintana, invita a perdonar todos los pecados. Pero este monumental tablero de piedra, presidido por las imágenes del apóstol titular y sus dos discípulos, Atanasio y Teodoro, sólo se abre durante el Año Santo, que será en el 2010, y la tarde del 31 de diciembre. Alberto Cañagueral |
