GESTIÓN SANITARIA
Carla Nieto. Madrid · 16 junio 2011
El libro, editado conjuntamente por la Fundación de Ciencias de la Salud y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC), analiza procedimientos como el consentimiento informado y las voluntades anticipadas.
Identificar los conflictos de valores que se dan en el ámbito de la ética y el modo de resolverlos, buscando las soluciones más razonables y prudentes. Éste es, en palabras de Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, el objetivo principal de la guía Ética de la planificación de la asistencia médica, que se presentó ayer en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC).
Según el profesor Gracia, la planificación anticipada de la atención es, antes que nada, una cuestión ética. Consiste en que los profesionales sanitarios prevean las situaciones futuras y tomen decisiones sobre cómo proceder. “La deliberación de estos temas", explica, "no es un método de consenso, sino que de lo que se trata es de que todos los implicados, tomen la decisión que tomen, se guíen siempre por la prudencia”.
La guía repasa los distintos aspectos de la planificación anticipada de la atención médica: el consentimiento informado, la historia de valores, las directrices previas anticipadas y las órdenes parciales (donación de órganos, testigos de Jehová…).
Para Gracia, el mejor camino para llegar a decisiones acertadas en todos estos aspectos es adoptar el método de la deliberación. “Cuando se trata de problemas que atañen a la ética, lo primero que hay que valorar son los hechos, ya sean clínicos o profesionales, haciendo un análisis cuidadoso de los mismos, ya que partir de hechos erróneos se paga. Después, hay que contemplar qué valores están en juego, aprendiendo a manejarlos, porque éstos tienen una dinámica compleja. Y, una vez analizados estos elementos, es cuando el profesional ha de preguntarse qué debe hacer”.
Por su parte, el presidente de la OMC, José Luis Rodríguez Sendín, se refirió durante la presentación de la guía a los debates surgidos en relación con las medidas referentes a la atención al final de la vida, afirmando que muchos de ellos están basados en la ignorancia. “Son aspectos en los que las leyes no nos bastan. Concretamente, en el tema de las voluntades anticipadas, el desarrollo que ha tenido la ley es insuficiente. Se trata de temas difíciles de protocolizar, de ahí la necesidad de que los servicios implicados aprendan a reunirse, debatir y sacar en conclusión la mejor fórmula posible a aplicar. En este sentido, es necesario buscar estándares y líneas de comportamiento que aseguren lo mejor tanto para los médicos como para los pacientes”.
El doctor Rodríguez Sendín afirmó también que, si bien es cierto que hay que solucionar temas como la objeción de conciencia, no hay que olvidar que hay otros aspectos relacionados con la atención al final de la vida que son prioritarios y que están sin resolver. “Por ejemplo, hay muchos pacientes que piden morir en casa y no tienen garantizado el tratamiento antiálgico. Habría que centrar esfuerzos en conseguir dar a los pacientes en estas circunstancias unos paliativos potentes”.
La guía ha sido editada conjuntamente por la Fundación de Ciencias de la Salud y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC), y está estructurada a partir del análisis de casos paradigmáticos, cada uno de ellos con una solución concreta, fruto de la aplicación del método de la deliberación, y unas recomendaciones finales. Consta de seis partes en las que se abordan todos los supuestos que pueden darse en el tema de la planificación de la asistencia médica: decisiones de abandono de tratamiento, qué hacer si no se localiza al representante del paciente, el trasplante de donante vivo, hasta qué punto debe asumir el cirujano el riesgo de operar sin sangre.