HEMATOLOGÍA
JANO.es · 06 mayo 2009
Es el primer medicamento que aumenta la supervivencia y retrasa el avance de la enfermedad
Celgene ha lanzado en nuestro país Vidaza® (azacitidina), el primer medicamento que cambia la evolución de los pacientes con síndromes mielodisplásicos (SMD), incrementando su tasa de supervivencia, retrasando la progresión de la enfermedad y disminuyendo su necesidad de transfusiones.
Los SMD son un grupo heterogéneo de cánceres hematológicos que afectan a unas 300.000 personas en el mundo y que con frecuencia acaban transformándose en una leucemia mieloide aguda (LMA). En España, se diagnostican al año más de 3.500 casos de esta enfermedad, a día de hoy incurable y con una tasa de mortalidad de alrededor del 50%, en los grados más graves.
En este contexto, como apuntó la Dra. Regina García Delgado, hematóloga del Hospital Clínico Virgen de la Victoria de Málaga, “Vidaza® supone un cambio en el curso natural de la enfermedad, algo que es muy importante porque permite a los especialistas situarnos, por primera vez en la historia, por delante de la enfermedad. Y es que ya no estamos esperando a que ocurra algo para intentar ponerle remedio, sino que ahora podemos anticiparnos y parar o evitar lo que está pasando, cambiando el curso natural de los SMD y, lo que es más importante, mejorando la calidad de vida de estos pacientes”.
Estudio Aza-001
La decisión de la Agencia Española del Medicamento de comercializar Vidaza® en el país se basa en los resultados del Estudio Aza-001, el mayor estudio en fase III realizado a nivel internacional en pacientes con SMD de más alto riesgo y un tipo especial de LMA.
El ensayo, diseñado para comparar el tratamiento con azacitidina frente a los esquemas de tratamiento convencionales, demuestra que la mediana de supervivencia alcanzada por azacitidina es de 24,5 meses frente a los 15 meses alcanzados con los tratamientos habituales, lo que significa que el tratamiento con Vidaza® supone una supervivencia adicional de 9 meses. Además, la tasa de supervivencia a dos años en pacientes tratados con azacitidina es del 50,8%, prácticamente el doble de la tasa obtenida con los esquemas convencionales, del 26,2%.
Otros resultados del estudio ponen de manifiesto que hasta un 45% de los pacientes con dependencia transfusional antes de iniciar el tratamiento lograron tener una independencia transfusional con la administración de Vidaza®, porcentaje que en el caso de aquellos que recibieron tratamientos convencionales se estableció sólo en el 11,4%.