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JANO.es y agencias · 16 octubre 2007

Un estudio del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona publicado en “American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine” atribuye a estos productos la causa de hasta el 15% de los casos

“Através de una mamografía se ve la vida.” Con este eslogan se desarrolló el Día contra el Cáncer de Mama. En los materiales divulgativos elaborados para la ocasión, y en un lenguaje directo, se repetían mensajes como: “Hazte una mamografía a partir de los 45/50 y verás todo lo que te queda por vivir” y “una mamografía sirve para ver el 99,6% de las veces que todo está bien. Y el 0,4% restante para tomar soluciones a tiempo”. Aunque sólo hace 3 años, qué lejos queda aquella absurda polémica que suscitó la publicación de un más que dudoso estudio que cuestionaba el valor de la mamografía como herramienta diagnóstica y, en consecuencia, su utilidad científica en la lucha contra el cáncer de mama.

Como en tantas otras ocasiones, la razón acabó por imponer su coherente voz, y hoy ya nadie se atreve a poner en duda que estamos ante un elemento esencial en la detección precoz de este tipo de cáncer. La prueba más eficaz y fiable que permite abordar la enfermedad en su fase más temprana, pues detecta lesiones en la mama hasta 2 años antes de que se hagan palpables. Al diagnosticar el proceso en sus fases incipientes, se potencia la aplicación de tratamientos menos agresivos, por ejemplo la cirugía conservadora, que dejan menos secuelas físicas y psicológicas en la mujer. Y, por supuesto, mejoran de forma estadísticamente significativa los resultados de supervivencia, por cuanto si el tumor se diagnostica antes de que se haga invasivo las tasas de curación superan el 95%.

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres de todo el mundo, con aproximadamente 1.151.000 nuevos casos al año —22,7% del total femenino—. Considerando los 2 sexos, es el segundo en frecuencia tras el cáncer de pulmón. En el año 2002 se produjeron 411.000 defunciones por este motivo. En la mayoría de los casos su incidencia aumenta con el nivel socioeconómico. Más de la mitad de los carcinomas de mama se diagnostican en los países desarrollados: 370.000 al año en Europa (27,4%) y 230.000 en América del Norte (31,3%). En la Unión Europea la probabilidad de desarrollar un cáncer de mama antes de los 75 años es del 8%.

La prevalencia más baja la presentan países como Japón, Tailandia, Nigeria e India. La tasa ajustada mundial estimada es de 37,4 casos anuales por cada 100.000 habitantes. La del norte de Europa es de 82,5 casos por 100.000 habitantes, la del sur de Europa de 62,4 y Estados Unidos tiene 99,4. España, con 50,9 casos por 100.000 habitantes/año, presenta una de las tasas más bajas de incidencia de Europa, sólo superada por Dinamarca. No obstante, en nuestro país se diagnostican unos 16.000 casos al año, lo que representa casi el 30% de todos los tumores del sexo femenino. La mayoría de los casos se diagnostica a los 35-80 años, con un incidencia máxima entre 45 y 65 años. El número de defunciones directamente atribuibles al cáncer de mama es de unas 6.000, lo que representa el 16,7% de todos los fallecimientos por cáncer en las españolas. Al igual que sucede en la práctica totalidad de los países desarrollados, en el nuestro la incidencia también aumenta un 1-2% anual.

En relación con la distribución geográfica de la incidencia, se detectan notables diferencias de unas comunidades y provincias a otras; Cataluña arroja las mayores cifras, con 83,9 casos por 100.000 habitantes, y Gran Canaria es la provincia con mayor mortalidad. Por el contrario, Navarra, que fue la primera comunidad autónoma que implantó un programa de diagnóstico precoz, en 1990, es la que en las últimas décadas presenta un descenso más acusado de la mortalidad.

Respecto a la supervivencia, que ha mejorado notablemente en los últimos tiempos, el 78% de las mujeres con cáncer de mama en España sobrevive más de 5 años. Se trata de una supervivencia global, sin tener en cuenta edad, tipo histológico o fase de la enfermedad. Esta tasa es superior a la media Europea, que se sitúa en el 76%, y próxima a la de países como Francia, Suecia, Suiza, Italia o Estados Unidos —81% de supervivencia a los 5 años.

Esta mejora coincide con la puesta en marcha de campañas y programas de cribado de cáncer de mama, que permiten un diagnóstico más precoz de la enfermedad y una mayor eficacia de los tratamientos.

El mensaje que incide en que, cuando se trata de cáncer, el tiempo es un factor vital, y aquel que resalta el valor decisivo de la mamografía, que debe realizarse con carácter anual a partir de los 45 años, son ejes en torno a los que gira la lucha contra una enfermedad frente a la que se han dado importantes pasos, pero que sigue requiriendo un esfuerzo y concienciación mayores.

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