Jueves, 16 de Mayo del 2024

Últimas noticias

ONCOLOGÍA

Altos niveles de leucocitos y riesgo de cáncer femenino

JANO.es · 16 octubre 2007

Científicos estadounidenses asocian un recuento elevado en mujeres posmenopáusicas a diversos tipos de tumores, como el de mama, el colorrectal, el de endometrio y el de pulmón,

Celebramos el vigésimo aniversario de la aprobación de la Ley General de Sanidad que, sin ninguna duda, ha sido una de las leyes clave de nuestra democracia. Con ella se daba contenido al precepto recogido en el artículo 43 de la Constitución, en el que se establece el derecho a la protección de la salud de todos los españoles.

La Ley General de Sanidad creó el Sistema Nacional de Salud, y lo definió como "el conjunto de los servicios de salud de la Administración del Estado y de las comunidades autónomas, convenientemente coordinados". Ésta es ya una de las principales características de nuestro sistema sanitario: su gran descentralización, con las competencias en materia de servicios sanitarios trasferidas a las comunidades autónomas, decisión que sin ninguna duda ha acercado los servicios a los ciudadanos, haciendo esto compatible con los principios de equidad, de solidaridad, de coordinación y de cohesión del conjunto del sistema.

La Ley General de Sanidad consagró hace 20 años los principios de universalidad y de financiación pública, principios que son la clave para asegurar el papel de pilar fundamental del Estado del bienestar que se quería que desempeñase el sistema sanitario. Hoy podemos afirmar que ese papel se ha consolidado con el paso de los años y, afortunadamente, no tiene vuelta atrás.

La Ley General de Sanidad también posibilitó la oferta de un paquete de prestaciones y servicios sanitarios muy amplios, podríamos decir que casi tan amplios como permitía la evidencia científica en aquel momento, tan amplios como permite en la actualidad la evidencia científica y ampliables en el futuro con nuevos adelantos, nuevas tecnologías y nuevas investigaciones.

A lo largo de estos 20 años son muchos los logros que ha conseguido la sanidad pública española: la calidad de nuestros profesionales sanitarios está a la altura de la de los mejores del mundo; el desarrollo de las infraestructuras sanitarias, con una gran red de centros de salud y de hospitales, ha sido espectacular; el desarrollo de nuestra atención primaria de salud hace que hoy sea un ejemplo para muchos países; nuestra atención especializada, nuestros hospitales, son en muchos aspectos referencias mundiales. Sirva el ejemplo de los trasplantes, en los que, como saben, nos situamos a la cabeza.

Esta ley ha sido una de las principales herramientas que ha posibilitado todo esto y que hace que podamos decir con orgullo que disfrutamos de uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, con excelentes resultados en salud, en satisfacción de los ciudadanos y en eficiencia.

La racionalización del uso de los medicamentos, de las políticas de compras, el refuerzo de la atención primaria de salud y su capacidad de resolución, y el uso racional y eficiente de las tecnologías sanitarias, son algunas de las actuaciones que debemos acometer entre todos de manera coordinada en el conjunto del sistema, y que en buena parte hemos incorporado al Plan de Calidad del Sistema Nacional de Salud que recientemente hemos puesto en marcha.

El fortalecimiento de las estrategias de promoción de la salud y de prevención de las enfermedades es otra de las prioridades del ministerio y de las comunidades autónomas. Y, por supuesto, tenemos que potenciar una verdadera investigación traslacional en salud, que permita que los avances de la investigación básica puedan incorporarse a la práctica clínica en el menor tiempo posible y con todas las garantías.

No quisiera acabar sin un breve comentario al necesario reforzamiento de los elementos de coordinación y cohesión del Sistema Nacional de Salud, que no son contrarios a su descentralización, sino complementarios. Por eso, proyectos como la Cartera de Servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud, la ampliación del Fondo de Cohesión Sanitaria o la puesta en marcha de los servicios de referencia del Sistema Nacional de Salud, son piezas fundamentales en esta cohesión, junto con el fortalecimiento del Consejo Interterritorial como piedra angular del sistema.

Acabo ya, y lo hago expresando mi reconocimiento a los profesionales sanitarios y mi optimismo en el futuro de nuestro sistema sanitario.

En todo este recorrido de mejora de la sanidad pública, la Ley General de Sanidad ha sido --y sigue siendo-- una herramienta básica y, por ello, merece nuestro homenaje; homenaje que traslado a la figura de su principal artífice, Ernest Lluch, al que debemos una buena parte de lo que ha sido nuestro sistema sanitario en estos últimos 20 años.

Copyright © 2024 Elsevier Este sitio web usa cookies. Para saber más acerca de nuestra política de cookies, visite esta página

Términos y condiciones   Politica de privacidad   Publicidad

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?