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“Las medidas coyunturales a corto plazo son necesarias, pero también implementar soluciones a largo plazo, con un proyecto de futuro”. Así lo aseguró el conseller de Salut catalán, Boi Ruiz, en la inauguración de la décima edición del congreso farmacéutico Infarma, que se celebra en Barcelona hasta el 3 de marzo.  

En este sentido, el conseller afirmó que “el papel que juega la oficina de farmacia no debe ser mercantil. Si reconocemos al farmacéutico como agente de salud, la relación deber ser de partenariado, no de precio-volumen, como si no formara parte del sistema”, destacando su componente “como empresario, que muchas veces dejamos de lado”.

Para el diseño y puesta en marcha de este proyecto de futuro, el conseller pidió la implicación de todos los agentes: industria farmacéutica, farmacéuticos, ciudadanos “porque sólo de este modo conseguiremos llevar a cabo este proyecto y podremos garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario”. 

Tanto el proyecto como la sostenibilidad pasan por la reducción del gasto, ya que “no tenemos dinero ni gente que nos preste. Además, lo que ha empezado en Catalunya también pasará en otras comunidades autónomas. Hemos tenido un comportamiento de país rico, pero a través del endeudamiento”. En esta sentido, Ruiz fue categórico al afirmar que “la responsabilidad de la quiebra no corresponde estrictamente a las comunidades”. 

Por su parte, el presidente del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Barcelona y del Comité Organizador de Infarma, Jordi de Dalmases, garantizó la lealtad y la colaboración por parte de todos los farmacéuticos en la elaboración de este proyecto de futuro, reiterando la necesidad de trabajar codo con codo y de crear un marco de estabilidad para mantener la calidad del actual sistema sanitario. Sin embargo, tampoco dudó en señalar que “las perspectivas son durísimas” y puso como ejemplo el hecho de que “más de 3.000 farmacias de las 20.000 de todo el territorio, no llegan a cubrir el salario mínimo establecido por el convenio”.

El presidente del COF barcelonés se refirió a las “medidas implantadas en 2010, con los últimos decretos reales, y la entrada en vigor este mismo 1 de marzo del nuevo sistema de precios de referencia aprobado por el Gobierno central. Medida ésta última que implica reducir la factura en otro 8%, lo cual quizás no permita poner en marcha otros proyectos”. 

Otros proyectos como la receta electrónica o los servicios que muchos farmacéuticos ofrecen “más allá de los que se les exige, como los programas de cribado en cáncer de colon, en EPOC, las pruebas del VIH o el mantenimiento de metadona”, a partir de los cuales Catalunya “ha sido capaz de firmar el primer convenio para establecer la cartera de servicios en la oficina de farmacia”, recordó de Dalmases.  

Precisamente, el conseller Boi Ruiz destacó el papel de la receta electrónica, que, “además de suponer un salto cualitativo muy importante en la atención al paciente, también mejora la información del coste de los medicamentos, proyecto ya iniciado en Girona y que precisamente esta misma semana empieza en la provincia de Barcelona”. Según Ruiz, “en seis meses va a estar implantado con un 95% de cobertura”.