ALCOHOLISMO
Campaña para el diagnóstico precoz del alcoholismo
JANO.es y agencias · 12 febrero 2008
Diseñada por el Plan Nacional de Drogas y la semFYC, subraya el importante papel que tienen los médicos de familia a la hora de detectar el abuso de alcohol y otras sustancias
En mayo de 1981 el entonces Hospital Provincial de Madrid, hoy Hospital General Universitario Gregorio Marañón, inauguraba una pequeña unidad de hospitalización a domicilio, la primera de nuestro país. En la actualidad, 25 años después, son más de 80 las unidades de hospitalización a domicilio censadas en la red pública de toda España.
La unidad sirvió como referencia para la apertura durante los años ochenta de unidades en varios grandes hospitales de la red, entonces gestionada por el INSALUD. Después, la transferencia de las competencias sanitarias a las comunidades autónomas posibilitó, ya a principios de los noventa, que algunas de ellas —como la Comunidad Valenciana o el País Vasco— diseñasen ambiciosos programas de implantación de la hospitalización a domicilio en la mayoría de sus hospitales. Otras comunidades, caso de Cataluña o Galicia, se han incorporado más tarde a esta modalidad asistencial, aunque han experimentado un desarrollo acelerado.
Pero, tal y como recuerdan los Dres. Víctor J. González Ramallo y Antonio Segado, miembros de aquella unidad pionera, en un artículo publicado en Medicina Clínica (Med Clin [Barc]. 2006;126:332-3), “mucho ha cambiado la realidad sanitaria española en estos cinco lustros”, especialmente en el ámbito de la AP, que ha experimentado un notable desarrollo. “Ante este cambio de escenario —recuerdan los autores—, algunas unidades de hospitalización a domicilio han optado por servir de puente entre dos realidades que viven desgraciadamente de espaldas, la AP y los hospitales. Otras unidades, sin olvidar sus relaciones con la AP, han potenciado la atención a pacientes agudos subsidiarios de cuidados cada vez más complejos e intensos.”
¿Ahorro de costes?
Si bien el ahorro de costes ha sido uno de los motivos más utilizados para alentar la implantación de estas unidades, estudios recientes (J Health Serv Res Policy. 2005;10:158-66) demuestran que no siempre son menores en la hospitalización a domicilio. De hecho, en un trabajo reciente se ha demostrado que son superiores, lo que no es óbice para que sus autores recomienden esta modalidad asistencial teniendo en cuenta sus otras ventajas.
Así, recuerdan estos especialistas, “el hospital se beneficia tanto de los esquemas asistenciales de evitación de ingresos, que ayudan a descongestionar los servicios de urgencia, como de los programas de alta temprana o reducción de estancias, que permiten liberar camas de pacientes agudos para pacientes que lo necesiten”.
En este sentido, resaltan dos características básicas para asegurar que el equipo de hospitalización a domicilio sea realmente útil a la institución hospitalaria: la transversalidad y la adaptabilidad. Es decir, su capacidad para interrelacionarse de una manera ágil con el resto de estructuras del hospital, una característica que le debe permitir dar servicio a cualquier paciente que lo precise, independientemente de su ubicación, y coordinar directamente sus cuidados con los profesionales que le han atendido previamente.
Entorno en evolución
En un entorno en constante evolución y con necesidades cambiantes, también es imprescindible que el equipo de hospitalización a domicilio esté compuesto por profesionales que se puedan adaptar por su formación y experiencia previas a atender a la mayor parte de los pacientes del hospital.
Por último, y de cara al futuro, la disposición de nuevas herramientas, como la miniaturización de aparatos, la telemedicina o la generalización de las tecnologías de la información, van a favorecer el traslado de cuidados cada vez más complejos del hospital al domicilio de pacientes. “Las unidades deben estar preparadas para este cambio de escenario en el que el paciente pase a ser el verdadero centro del sistema sanitario, con la potenciación de sus alianzas con otros servicios hospitalarios, con otras alternativas a la hospitalización convencional y con la AP”, afirman los Dres. González Ramallo y Segado.
La percepción del usuario De poco serviría que la hospitalización a domicilio fuese útil a los hospitales y al sistema sanitario si sus bondades no fuesen percibidas como tales por sus usuarios. Aunque los estudios son muy escasos, parecen revelar que el grado de satisfacción de los pacientes acerca de la atención recibida en estas unidades es, al menos, tan elevado como el de la hospitalización convencional y son mayoría los que optarían por esta alternativa asistencial en caso de precisarlo de nuevo. |