Una de cada cinco pacientes que sufre una fractura de cadera morirá dentro del siguiente año de la fractura
Nuevos datos del estudio observacional retrospectivo ‘Real World Effectiveness Study’ que acaban de ser publicados en la edición digital de la revista Osteoporosis International (doi:10.1007/s00198-009-1046-3) constatan las diferencias en la reducción del riesgo de fracturas clínicas observadas en los ensayos clínicos pivotales de los tres bifosfonatos más utilizados en el tratamiento de la osteoporosis: risedronato, alendronato e ibandronato.
El trabajo, llevado a cabo con los datos de más de 210.000 pacientes osteoporóticas mayores de 65 años, tuvo como objetivo evaluar si la reducción en la incidencia de fracturas demostrada en los ensayos clínicos puede ser trasladada a la práctica clínica diaria. Y los resultados han mostrado que, tras un año de tratamiento, se observa una reducción significativa del riesgo de fracturas clínicas vertebrales en los tres grupos de bifosfonatos orales, en comparación con los primeros tres meses de tratamiento, intervalo que se considera el período control.
En los grupos de risedronato y alendronato se observó una disminución significativa de la incidencia de fracturas de cadera, no vertebrales y vertebrales clínicas. Por el contrario, en el grupo de ibandronato, solamente se observó una disminución significativa en la incidencia de fracturas vertebrales.
En palabras del Dr. Johann-Diederich Ringe, autor de la investigación, “cuando la eficacia de un tratamiento es demostrada en un ensayo clínico, puede no proporcionar la misma eficacia en la práctica clínica diaria, dadas las diferencias en los tipos de pacientes y la atención médica recibida. El diseño de este estudio ayuda a reducir el sesgo que existe cuando se compara directamente la eficacia de los tratamientos en un escenario observacional”.
Concretamente, el estudio ha analizado la incidencia de fracturas de 78.860 pacientes tratadas con risedronato 35 mg (semanal), 116.996 pacientes tratadas con alendronato 70 mg (semanal) y 14.288 pacientes con ibandronato 150 mg (mensual). En cada grupo de tratamiento se comparó la incidencia de fracturas en el período de inicio del tratamiento (3 meses), siendo éste considerado el período control, frente a la incidencia de fracturas durante los 12 meses posteriores. Fueron excluidas aquellas pacientes tratadas con bifosfonatos en los 6 meses previos al inicio del estudio.
Fractura de cadera
Las fracturas osteoporóticas y en concreto las de cadera constituyen un problema de salud pública responsable de un aumento de la mortalidad, discapacidad funcional y costes adicionales de atención sanitaria. Los costes directos de las fracturas osteoporóticas en Europa se espera que aumenten desde los 31.700 millones en el año 2000 hasta los 76.700 millones en el 2050. En el caso de las mujeres mayores de 45 años, la fractura osteoporótica, y especialmente la de cadera, provoca al año más días de hospitalización que los generados por patologías con mayor impacto mediático como los infartos de miocardio, cáncer de pulmón o la diabetes.
Como apunta el Dr. Josep Blanch, consultor del Servicio de Reumatología del IMAS- Hospital del Mar, “las fracturas de cadera constituyen la consecuencia más devastadora de la enfermedad y provocan dolor crónico, reducen la morbilidad y aumentan el riesgo de muerte. Resulta fundamental que los médicos ofrezcan a los pacientes un tratamiento que les garantice la misma protección en todas las localizaciones, incluso en la cadera”.