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El apéndice no es totalmente inútil

JANO.es · 09 octubre 2007

Un nuevo estudio sostiene que funciona como un refugio de las bacterias beneficiosas para el organismo

El autor nos habla de la dimensión individual y colectiva del problema del tabaquismo, en cuya erradicación se puede apreciar un progreso claro en España, donde se están sentando las bases que pueden acelerar su declive como epidemia.

El problema del tabaquismo tiene una dimensión individual: los fumadores son personas que individualmente intentan o no dejar de fumar --y lo consiguen o no--. Pero también tiene una dimensión colectiva. El comportamiento personal viene influido por condicionantes externos, como el precio del tabaco, su aceptación social... Por ello las políticas públicas poseen tanta influencia en el consumo, y su prevención y control tienen dimensiones políticas y no sólo clínicas. Por ello también la industria tabaquera ha dedicado tanto esfuerzo a evitar la adopción y ejecución de políticas de control efectivas que pudieran reducir el consumo y preservar así sus beneficios.

En España se están sentando las bases para un punto de inflexión en las políticas públicas sobre el tabaco, que puede acelerar su declive como epidemia. En primer lugar, por los acuerdos sobre financiación del SNS de septiembre de 2005 que vinculan el impuesto específico sobre el tabaco a la financiación de la sanidad. Esto puede generar una dinámica que eleve la carga fiscal, de modo que el precio sea más disuasorio, como ha pasado en el primer trimestre de 2006.

 

En segundo lugar, porque se ha incrementado notablemente la disponibilidad de recursos para desarrollar programas de prevención y asistencia al tabaquismo, con transferencias finalistas de la administración central a las comunidades. Y, finalmente, porque a principios de 2006 ha entrado en vigor la Ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco. Aborda aspectos cruciales para un control efectivo del tabaquismo que no estaban desarrollados de forma efectiva: la regulación rigurosa de la publicidad y promoción del tabaco y la protección frente al humo ambiental de tabaco.

¿Qué está pasando? La presión de la publicidad ha bajado drásticamente, y los adolescentes están libres de incitaciones a fumar desde vallas, radio o prensa. Es probable que haya promoción del tabaco oculta, mediante la aparición en los medios de personajes de atractivo para los jóvenes fumando. Habrá que analizar esta cuestión. Sin embargo, globalmente, podemos apreciar un progreso claro.

Por lo que respecta a la regulación del uso de tabaco en lugares de trabajo y centros públicos, el cambio ha sido radical. Las encuestas realizadas el año 2005 mostraban que el conocimiento del proyecto de ley y el apoyo social a su entrada en vigor eran amplios. La información existente sugiere que se ha dejado de fumar masivamente en los centros de trabajo y en el comercio, ha mejorado el cumplimiento de la normativa en centros educativos o sanitarios y medios de transporte, e incluso en el sector de la restauración y ocio, donde la ley ofrece amplio margen a los establecimientos para definir su práctica, una parte no despreciable --un 30% en las zonas comerciales de la ciudad de Barcelona, donde tenemos datos parciales-- ha optado por definir su establecimiento como libre de humo.

Persisten algunos incumplimientos, y en el sector alimentario destacan pastelerías y panaderías con degustación, que tienden a comportarse como cafeterías sin poder hacerlo, pero la mejora es muy visible. Y se ha sustentado en la información: la falta de desarrollo normativo en las comunidades autónomas --al escribir este texto hay proyectos aún no vigentes-- limita el recurso a los mecanismos de coerción propios de la autoridad sanitaria.

La ley tiene un sentido regulador, de protección de la salud: de los menores frente a la publicidad y de todos contra el humo ambiental. Pero es previsible esperar un impacto general preventivo, que lleve a disminuir el consumo y a un incremento de los abandonos. A finales de 2005 profesionales y farmacias registraron un claro incremento de demandas de ayuda para dejar de fumar, aunque no debemos olvidar que la mayoría de fumadores deja de hacerlo sin ayuda profesional. Los datos de ventas de cigarrillos del primer trimestre de 2006 sugieren que ha habido una disminución importante respecto al mismo período del año anterior.

Evidentemente, queda mucho por hacer. Hay que reforzar el apoyo social a la regulación, y hacer un esfuerzo importante de sensibilización y educación del público. Por último, éste es un buen momento para emprender proyectos de investigación sobre el impacto de estas medidas en el tabaquismo y en la salud, donde hay mucho por aprender. La situación de la epidemia tabáquica en España es peculiar y la evaluación puede ser valiosa para orientar las acciones en otros países.

“La información existente sugiere que se ha dejado de fumar masivamente en los centros de trabajo y en el comercio, ha mejorado el
cumplimiento de la normativa en centros educativos o sanitarios y medios de transporte.”

 

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