El cierre de quirófanos, con la consiguiente disminución de la actividad, de plantas y camas hospitalarias, y no la sustitución de personal interino, tal como habían difundido algunas noticias, centran los planes de choque que los hospitales catalanes presentan a contrarreloj a la Consejería de Salud de Cataluña para hacer frente a su reducción del presupuesto.

 

Según han explicado fuentes sindicales y hospitalarias, estos son los principales frentes expuestos por los centros al departamento que lidera el consejero Boi Ruiz para cumplir con su orden de reducir el gasto un 10% -según los centros, algunos de los cuales apuntan que es más- para así recortar 1.000 millones de euros del presupuesto sanitario.

 

En declaraciones a Europa Press, la secretaria de la Federación de Sanidad de UGT, Encarna Fernández, ha expuesto que encima de la mesa de los directivos hospitalarios también se encuentra el criterio de reducir las pruebas complementarias, y en esta línea disminuir la periodicidad de las mamografías. En algunos hospitales ya existe la orden de cerrar aparatos de rayos X, no por el gasto que supone el uso de la máquina, sino el mantenimiento de personal.

 

Fernández también ha advertido de que las urgencias hospitalarias programadas -las resultantes de operaciones delicadas- serán aplazadas y desprogramadas, y los medicamentos y el material sanitario será reducido y racionalizado.

 

El secretario general de Metges de Catalunya (MC), Antoni Gallego, ha explicado que también se suspenderán programas de salud, centrados en la prevención, y ha lamentado que la Consejería compare la situación de 2006 con la actual, al justificar que el presupuesto será el mismo que hace cinco años.

 

En este sentido, MC ha argumentado que ni la población ni la oferta sanitaria era la misma, y ha criticado especialmente que hace unos meses el departamento saliera a buscar médicos y sanitarios al extranjero y ahora quiera prescindir de personal interino, que llega donde no puede el personal fijo.

 

“Nos encontramos en una situación de alto riesgo porque se está dinamitando el núcleo central” de la sanidad, y se está modificando por completo la estructura sanitaria actual con un replanteamiento del mapa sanitario.

 

Por ello, el sindicato ha mostrado su “categórico” rechazo a los recortes y a cualquier medida que implique la desintegración de las plantillas médicas actuales y que ponga en peligro el sistema sanitario público actual.