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CARDIOLOGÍA

En España se registran cada año 70.000 infartos de miocardio

JANO.es y agencias · 10 abril 2008

Valencia acoge el XIII Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la Sociedad Española de Cardiología

El consumo excesivo, aun esporádicamente, de bebidas alcohólicas resulta sumamente pernicioso para la salud. Entre las mismas debe incluirse el vino, dado que como recogen las conclusiones del informe elaborado por la Comisión Clínica de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, el daño, así como los potenciales beneficios que se derivan del consumo moderado de toda bebida alcohólica, se relaciona directamente con la cantidad de alcohol consumida y no con su naturaleza fermentada o destilada. La situación resulta muy diferente en el caso de los adolescentes, en los que el alcohol produce, aun en cantidades mínimas, importantes efectos sobre la salud. En palabras de la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, “es en los menores de edad en los que el problema del alcohol presenta la mayor virulencia y con los que hay menos estudios. Con todo, las pruebas científicas recomiendan el consumo cero en esta población”.

Integrada por reconocidos expertos independientes de distintas especialidades —neurología, psiquiatría, drogodependencias, medicina legal, psicología clínica y salud pública—, la Comisión Clínica se constituyó en mayo de 2005 con el objetivo de analizar la situación del consumo de alcohol en España y las últimas evidencias sobre sus efectos en el organismo. Como explicó la Dra. Marta Torrens, jefa de la Unidad de Toxicomanías del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar en Barcelona y miembro de la Comisión, “el alcohol es en la actualidad uno de los problemas más importantes de salud, principalmente por el cambio en el patrón de consumo observado en los últimos años: otrora mediterráneo y hoy caracterizado por el abuso por los jóvenes los fines de semana. El resultado es un elevado coste no sólo social, sino también económico: 3.800 millones de euros anuales”.

Uso…y abuso

Tal y como recuerda la ministra de Sanidad en el prólogo del citado informe de la Comisión Clínica, “los patrones de uso —y también los de abuso— del alcohol han variado de forma muy importante en España”. Las transformaciones y los cambios económicos, sociales y culturales han hecho que se abandone el viejo patrón mediterráneo que limitaba su ingesta a tan sólo pequeñas cantidades de vino en las comidas que se realizaban en familia, reservadas a los adultos, quebrándose el proceso de acceso progresivo al consumo controlado y socialmente adaptado de alcohol. El inicio en el consumo no sólo se produce hoy en el seno familiar, sino que cada vez más frecuentemente tiene lugar con grupos de amigos y compañeros, a edades muy tempranas, próximas a los 13 años.
En España, son muchos los jóvenes y adolescentes que beben y  se ha extendido la costumbre de beber en “atracón”, un consumo intenso de alcohol concentrado en un escaso lapso de tiempo.

“A la preocupación que nos causa el consumo de alcohol —destaca la ministra—, se suma ahora la preocupación por la extensión del problema entre los adolescentes, porque no sólo beben más frecuentemente y en cantidades más elevadas, sino sobre todo porque desconocen los riesgos que las bebidas alcohólicas tienen para su salud y su desarrollo personal, y porque también los adultos parecen ajenos a las consecuencias que para la salud de sus hijos tiene este consumo”.

Como ya recogió la OMS en su Informe sobre la Salud Mundial 2002, el alcohol es, tras el tabaco y la hipertensión arterial, el tercer factor de riesgo en los países desarrollados y se asocia directamente con más de 60 enfermedades. En este contexto, y a los clásicos, entre otros, problemas cardiovasculares —por aumento de la presión sanguínea—, hepatitis y cirrosis, deben unirse, según refirió la Dra. Torrens, “las patologías derivadas de los ‘atracones’ de fin de semana, caso de las hepatitis y pancreatitis agudas. Todo ello sin olvidar el efecto nocivo sobre la memoria y el aprendizaje en jóvenes y adolescentes, consecuencia del cambio de la neuroplasticidad neuronal inducido por el alcohol”.

El alcohol, por último, es responsable de numerosas conductas agresivas y de riesgo, caso de los embarazos no deseados y de las relaciones sexuales no protegidas. Además, no sólo se constituye como el factor más importante en la siniestralidad vial
—se encuentra presente en el 30-50% de los accidentes de tráfico mortales—, sino que se presenta como el eterno acompañante del resto de drogas psicoactivas —principalmente cannabis y cocaína— y de trastornos mentales como la depresión, jugando un papel muy importante en el suicidio.

Proteger a los menores

En este sentido, el Ministerio de Sanidad y Consumo ha elaborado un borrador del anteproyecto de Ley de Medidas Sanitarias para la Protección de la Salud y la Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas por Menores que se está presentando a todos los sectores implicados. Este texto se centra en tres grandes ejes de actuación: medidas de prevención y promoción de la salud, restricciones a la venta y consumo de bebidas alcohólicas y, por último, limitaciones a la publicidad y promoción de este tipo de bebidas.
Además del apoyo mostrado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), las líneas generales del citado anteproyecto han sido respaldadas por la Organización Médica Colegial (OMC) y hasta 78 de las principales sociedades científicas de nuestro país.

“Todos coincidimos —concluyó Salgado— en la necesidad de proteger a nuestros menores, razón por la que la futura ley no debe colisionar en las regiones vinícolas con la promoción del consumo cero en los adolescentes y con el responsable en los adultos”.

El problema en números

– En 2003, España ocupaba el sexto lugar en el ranking de consumo mundial de alcohol, con 10 litros de alcohol puro per capita.

– El 76,7% de los españoles (15-64 años de edad) consume alcohol esporádicamente, el 64% de forma habitual (fines de semana) y el 14,9% a diario.

– La edad de iniciación en el consumo se ha rebajado hasta los 13,7 años.

– El 10% de los bebedores desarrolla adicción; el 4% lo hará a los 5 años de iniciado el consumo.

– Hasta 790.000 escolares (el 34,8% de los estudiantes de 14-18 años) reconocieron haberse emborrachado durante el mes previo a la encuesta domiciliaria llevada a cabo por la Comisión.

– Las bebidas más comúnmente consumidas por los menores los fines de semana son los combinados y el vino con refresco de cola (58,4%), seguidos por la cerveza (34,1%) y los licores fuertes o de frutas y el vino (27%).

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