La investigadora de la división de Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), Edurne Lázaro, afirmó hoy que España es uno de los países de la Unión Europea con un consumo más alto de antibióticos, del que aproximadamente el 30% no está financiado por el Sistema Nacional de Salud (SNS), según apuntó durante su participación en la Jornada sobre el Uso Prudente de Antibióticos que se celebra en la sede del Ministerio de Sanidad y Consumo.

 

Según esta experta, en los últimos 15 años se ha observado un descenso del 13% el consumo de antibióticos de uso extrahospitalario, que empezó "en datos más elevados y luego se ha detectado una tendencia a la baja". Así, en 1995 registró las cifras más altas con 22,8 dosis diarias por cada 1.000 habitantes y día (DHD), mientras que los últimos datos de 2007 registran un 19,8 DHD.

 

No obstante, en estos datos sólo están incluidos los antibióticos financiados por el SNS, sin contar el consumo recetado en la sanidad privada, las mutualidades y la dispensación sin receta, que puede suponer un 30% más y que hace que España esté entre el segundo y tercer país -precisó Lázaro- con más consumo de antibióticos en el medio extrahospitalario, al nivel de Francia, Grecia o Chipre.

 

A este respecto también se refirió el miembro del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, José Campos, quien lamentó que, aunque las bases de datos públicas son muy buenas "el problema es que deja parte de los datos fuera, ya que en España sigue habiendo automedicación y prescripción sin receta".

 

Según este experto, España y Grecia son los países que tenían mayores problemas de automedicación, si bien, en el caso de antibióticos, "la automedicación es muy difícil de medir porque es una práctica ilegal, por lo que se hace mediante estimaciones". Por ello, el Eurobarómetro incluirá a partir del año próximo varias preguntas sobre consumo de antibióticos para comprobar esta tendencia.

 

Los meses de más consumo son diciembre y enero, debido a un mayor número de infecciones, mientras que en los meses estivales el consumo baja hasta unos 10 DHD. En edad pediátrica los datos también demuestran un descenso "aún más acentuado" en los últimos años, ya que de 2000 a 2007 ha descendido en un 23%. Además, la variedad estacional en los niños es "todavía más acusada", advirtió Lázaro.

Para frenar los casos de automedicación y evitar que el consumo de antibióticos sea exagerado, Edurne Lázaro pidió más intensidad a las campañas que desde el Ministerio de Sanidad y Consumo se llevan a cabo para un uso responsable, ya que, en comparación con otros países, "las campañas que han tenido éxito han sido las más duraderas", explicó. En este sentido, existen estudios que han demostrado que hasta los 6 o 7 años consecutivos de campañas no comienzan a obtenerse resultados positivos.

 

Sin embargo, Campos aseguró que en España la eficacia de estas campañas puede ser mejor porque, desde la última presentada el invierno pasado, "se está notando ya una mejora" en cuanto al número de recetas expedidas y dosis de estos medicamentos.

 

El problema, a su juicio, es que, a pesar de ser de los pocos países europeos que han desarrollado campañas públicas dirigidas a la población general, "salen muy caras", porque el coste de la publicidad en televisión es de los más caros. De hecho, "esto puede frenar que se repitan en periodos de no tanta bonanza como la actual".

 

el descenso del consumo de antibióticos, no obstante, no está relacionado con el que también se ha producido con la aprobación de nuevos principios activos, ya que sólo se han aprobado tres en los últimos siete años. El principal freno a esto es el aumento de resistencias bacterianas, que ha provocado "el rescate de algunos antibióticos antiguos y la modificación de los ya existentes", explicó la Dra. María Jesús Fernández Cortizo, también de la AEMPS.

 

A pesar de ello, se ha observado un aumento de presentaciones en los últimos años, habiendo pasado de las 1.010 registradas en el año 2000 a las 1.368 en 2007. En los dos últimos años se ha detectado un ligero repunte, fundamentalmente debido a un mayor uso de amoxicilina/ácido clavulanico con concentraciones más elevadas, en 875 y 1.000 miligramos, y a un mayor número de formas farmacéuticas con envases.

 

Esto corrobora los datos de la Agencia Española del Medicamento, que confirman que el antibiótico más utilizado en España es la penicilina, que supone un 60% del total de los antibióticos que existen en España, seguido de los macrólidos (10%) y las cefalosporinas (9%).