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ONCOLOGÍA

Exposición al sol y linfoma no hodgkiniano

JANO.es · 11 enero 2008

Una revisión de diez estudios muestra que tomar el sol de manera moderada parece prevenir el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer

¿Cómo es posible que si hay una mayor información sobre métodos anticonceptivos y una mayor accesibilidad a ellos, durante los últimos 10 años se haya contemplado un aparente y constante crecimiento de las interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) y, de forma particular, en las jóvenes menores de 25 años?

Para responder a esta pregunta, el Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia de Calidad del SNS y el Observatorio de Salud de la Mujer, realizó un trabajo de análisis de los datos de que se disponía sobre el aborto, revisó las encuestas e investigaciones existentes en nuestro país sobre el tema y encargó un estudio cualitativo específico, que recogió información sobre conductas sexuales y utilización de la IVE y los anticonceptivos en los jóvenes de 14-24 años.

De los resultados de este informe se deduce que las tasas españolas de aborto siguen siendo de las más bajas de los países europeos y que, con la información disponible, “no se puede afirmar que estén aumentando. Más bien, el crecimiento de las IVE se debería al aumento de su registro y al incremento de población de jóvenes inmigrantes con diversas situaciones culturales y de acceso a los servicios de salud sexual”.

Población extranjera

En España se ha producido en los últimos años un importante y continuado incremento de la población extranjera que tiene una influencia fundamental en la fecundidad y natalidad. Según los datos provisionales del INE para 2005, el 15% de los nacimientos (casi 70.000) fueron de madres inmigrantes. Esta actividad reproductiva más elevada refleja, por un lado, diferentes actitudes culturales ante las relaciones sexuales, la anticoncepción y la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres; y también, probablemente, que muchas de las recién llegadas tienen dificultades para acceder a los servicios de salud reproductiva. En definitiva, el informe considera lógico suponer que esa mayor actividad reproductiva conlleve no sólo el incremento de nacimientos sino también de embarazos no deseados y, por lo tanto, también de abortos.

Lamentablemente, el registro oficial —puesto en marcha en 1987— no recoge el país de origen de la mujer que se somete a esta intervención. Pese a ello, diversos estudios apuntan en esa dirección. Según los datos referidos a 2004 del Boletín Epidemiológico de la Comunidad de Madrid—que recoge esta información—, la mitad de las IVE notificadas durante ese año correspondía a mujeres no españolas. Otro estudio realizado en la Clínica Dator, también de Madrid, mostró un crecimiento progresivo de la proporción de usuarias no españolas desde el año 1994 al 2005 —del 11% al 45%—, que fue del 22% en las menores de 25 años en el año 1999 y del 35% en 2005.

Un tercer trabajo, llevado a cabo a partir de los datos de 15.000 cuestionarios facilitados por 12 clínicas privadas de 5 comunidades, puso de manifiesto que el 49% de los abortos practicados en dichas clínicas correspondía a mujeres no españolas. En definitiva, todo parece apuntar a que en la actualidad un 40-50% de las IVE practicadas en nuestro país corresponde a inmigrantes, con una representación importante de las menores de 25 años.

Extrapolando esta información al conjunto de la población y teniendo en cuenta el subregistro de IVE —especialmente acusado durante sus primeros años de funcionamiento—, se podría decir que la tasa total de aborto en el grupo de mujeres españolas se habría mantenido a lo largo del tiempo estudiado en alrededor del 6 por 1.000.

En función de estas estimaciones, y aun teniendo en cuenta sus limitaciones, las tasas totales de IVE de las mujeres inmigrantes serían mucho más altas que las de las españolas —hasta 30 por 1.000—. En las practicadas en menores de 24 años, dos tercios del aumento de las tasas que se ha producido entre 1996 y 2004 estarían relacionados con el incremento de la población inmigrante, con más dificultades —al menos durante sus primeros años de estancia en España— para acceder a los servicios de salud reproductiva.

Registro IVE notificadas en España

Año

Centros en el registro

IVE notificadas

1987

29

16.766

1995

102

49.367

2004

133

84.985

Fuente: MSC.

Baja el uso del preservativo

El informe también constata un cambio en las conductas sexuales y en el uso de anticonceptivos entre los jóvenes, que refieren mantener con mayor frecuencia y más precozmente relaciones coitales, en condiciones que no siempre son seguras desde el punto de vista de la prevención de los embarazos no deseados y de las infecciones de transmisión sexual.

Aunque los jóvenes españoles son los que más utilizan el preservativo masculino en Europa, se podría estar dando una disminución de su uso y su sustitución por la anticoncepción de emergencia. Sólo en 2005 se dispensaron en hospitales y farmacias 500.000 unidades de la “píldora del día después” —100.000 más que el año anterior—, cifra que no incluye las compras directas realizadas por las administraciones sanitarias. Este método parece desempeñar un doble papel, ya que por un lado podría reforzar la justificación de no usar el preservativo y, por otro, parece ser muy efectivo en la prevención de embarazos no deseados.

Más allá de la biología

Además, se siguen manteniendo desigualdades de género —especialmente en los estratos socioeconómicos más bajos—, ya que las jóvenes siguen experimentando presiones para mantener relaciones precoces y coitales, tienen una escasa capacidad para la negociación del uso del preservativo y deben asumir la responsabilidad y las posibles consecuencias de la anticoncepción de emergencia y, en su caso, del aborto.

El informe recuerda que los jóvenes necesitan más y mejor información sobre salud sexual y reproductiva, procedente de informadores más cualificados y con responsabilidades educativas con ellos, especialmente de los padres y madres y del personal sanitario y docente formado sobre sexualidad. Para resultar eficaz, esta información debería incorporar dimensiones adicionales a la puramente biológica, en particular las aproximaciones que los y las jóvenes hacen al mundo de las relaciones afectivas y sexuales.

Práctica habitual

La IVE es una práctica habitual en el control de la fecundidad en todas las sociedades y sucede independientemente de que las leyes la permitan, la despenalicen o la prohíban. Se calcula que cada año se producen en el mundo 46 millones de abortos, la mitad en condiciones de inseguridad, sobre todo en aquellos países que no la han despenalizado o en los que no hay accesibilidad a servicios adecuados.

En España, como en todos los países del mundo, también se han practicado IVE en todas las épocas. Antes de la ley de despenalización, éstas se realizaban de manera clandestina, poniendo en peligro la salud y la vida de las mujeres. Algunas mujeres se desplazaban a otros países donde los sistemas de salud prestaban estos servicios, fundamentalmente a el Reino Unido y los Países Bajos. Así, se calcula que cerca de 220.000 españolas abortaron en estos 2 países en los años previos a la despenalización (1974-1986).

Según algunos estudios comparativos, parece que los países, una vez que aprueban leyes para normalizar la atención a las IVE y las registran, observan primero un crecimiento sostenido de sus tasas hasta alcanzar un techo, tras el cual se estabilizan. Esto sucedió por ejemplo en EE.UU. y en el Reino Unido, donde parece que en la actualidad están disminuyendo ligeramente tras llegar a tasas dos y tres veces superiores a las actuales de España.

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