DIABETES
Insuficiente control de la diabetes tipo 2 en España
JANO.es · 28 febrero 2008
Según una nueva investigación, solamente el 21% de la población estudiada tiene la hemoglobina glicosilada por debajo del 6,5%, valor considerado ideal
Si bien la hipertensión arterial (HTA) se corresponde con la principal causa prevenible de mortalidad, las tasas de control alcanzadas en nuestro país distan mucho de ser idóneas —la cifra de pacientes tratados y controlados es de únicamente un 40%—. La situación, además, resulta muy similar a la evidenciada en el resto de países occidentales, por lo que la colaboración entre sociedades científicas internacionales se antoja fundamental en aras de establecer estrategias consensuadas para optimizar el manejo de esta afección.
En respuesta a esta necesidad, y con el objetivo de analizar las experiencias acumuladas en el abordaje de la HTA, la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) y la Sociedad Británica de Hipertensión (BHS) celebraron recientemente en Londres (Reino Unido), con el patrocinio de Pfizer, el I Foro Anglo-Español sobre Enfermedad Cardiovascular.
Como comentó el Prof. Bryan Williams, del Departamento de Ciencias Cardiovasculares de la Universidad de Leicester (Reino Unido) y presidente del foro, “no hay razones para pensar que las medidas adoptadas en nuestro país no sean efectivas en España. Y las estrategias que estamos aplicando a la población en alto riesgo cardiovascular han arrojado unos resultados muy positivos”.
“Indicadores de rendimiento”
De acuerdo con lo manifestado por los participantes en el foro, debe requerirse una mayor concienciación sobre la importancia de valorar el riesgo cardiovascular de una forma global, “como un compendio de factores”. Como recordó el Prof. Williams, “los factores de riesgo actúan de manera conjunta incrementando significativamente el riesgo global. Pero si se observan individualmente y estos no son elevados, puede llegar a considerarse que el riesgo global no es grave”.
Sin embargo, deben tenerse en cuenta las notables diferencias organizativas a la hora de aplicar las estrategias. En palabras del Prof. Antonio Coca, presidente de la SEH-LELHA y co-presidente del foro, “los británicos han conseguido convencer a sus gobernantes de que la manera de reducir la incidencia de la enfermedad cardiovascular con independencia del riesgo basal es a base de incentivar objetivos de salud”.
Los médicos de atención primaria del Reino Unido están obligados a comunicar cuántos son los pacientes a los que se ha medido la presión, cuántos han sido tratados y cuál es la calidad del tratamiento en términos de control. Y, dependiendo del rendimiento, reciben un pago adicional procedente del gobierno. “Se trata de un pago por resultados —explicaron los Profs. Williams y Coca—, los llamados ‘indicadores de rendimiento’, que han conllevado a una mejora notable en el número de personas con la presión medida, tratada y controlada. En definitiva, el mensaje sería que en España debería encontrarse alguna manera para recompensar el rendimiento en el cuidado de la salud”.
Asesoramiento científico La segunda gran diferencia relacionada con el manejo del riesgo cardiovascular atañe directamente a la Administración. En palabras del Prof. Coca, “el gobierno del Reino Unido se asesora con sus sociedades científicas cuando tiene que tomar una decisión. En España la Administración Sanitaria tiene `asesores ´ propios y jamás nos pregunta a las sociedades científicas involucradas. En dos años como presidente de SEH-LELHA no he recibido ninguna consulta relacionada con la HTA o la prevención de los factores de riesgo vascular en España”. |
Sinergias y Administración
Los emolumentos adicionales de los “indicadores de rendimiento” no siempre van a manos de los médicos, sino que suelen emplearse en la mejora de la oferta de servicios de los centros de salud, lo que redunda en una mejora del tratamiento de los pacientes. Incentivos, además, que como apuntó el Prof. Coca, “estimulan a los médicos, que se preocupan mucho por conseguir esos objetivos de salud. En consecuencia, establecen sinergias con el personal de enfermería de atención primaria, no suficientemente rentabilizado en España y que en el Reino Unido llevan a cabo la rutina —caso de la medida de la presión o del recordatorio de los tratamientos—. El sistema es así más ágil y barato”.