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La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) realizará, conjuntamente con el Departamento de Psicología de la Universidad de Extremadura, un estudio a nivel nacional sobre la repercusión y los modos de atajar el síndrome de burn-out – el consabido ‘síndrome del trabajador quemado’– entre los médicos españoles.

 

Asimismo, el sindicato solicita que el burn-out sea tipificado como “enfermedad profesional” dado que los médicos se encuentran a diario ante un “escenario laboral de estrés, sobrecarga de trabajo con altas demandas emocionales, precariedad laboral, escasez de profesionales, masificación de los servicios y aumento de expectativas de los pacientes que no siempre el sistema sanitario satisface”, explicó CESM.

 

En este sentido, las estimaciones más recientes indican que el síndrome de burn-out –caracterizado por un alto nivel de estrés, agotamiento emocional y respuestas autodestructivas sobre uno mismo y sobre el trabajo que se realiza– afecta hoy a uno de cada cuatro médicos. De este modo, el médico se convertiría en uno de los sectores laborales “más vulnerables a este problema de salud psicosocial”.

 

Entre las causas del síndrome, los expertos advierten de la existencia de un “desanclaje” entre la mentalización de los jóvenes profesionales para ser “súper médicos” y la dura y a menudo poco gratificante realidad del trabajo cotidiano. A la misma se aúnan, según fuentes del sindicato, “otros importantes factores de desmotivación como el inmovilismo, que en materia de promoción profesional y retribuciones define la política de recursos humanos del Sistema Nacional de Salud (SNS), así como los grandes inconvenientes para conciliar vida laboral y familiar”.

 

Según el acuerdo, delegados del sindicato efectuarán el trabajo de campo mediante entrevistas personales directas y discretas con sus compañeros de trabajo, mientras que la aportación de la universidad consistirá en validar tanto el procedimiento a seguir como el procesamiento de los datos obtenidos.