GERIATRÍA
JANO.es · 08 junio 2009
Los ovillos que se observan en el cerebro de los pacientes con Alzheimer inducen inclusiones similares cuando se inyectan en el cerebro de ratones sanos
La enfermedad de Alzheimer podría ser una patología infecciosa, según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Universitario de Basilea (Suiza) y publicado en la edición digital de la revista Nature Cell Biology (2009;doi:10.1038/ncb1901). Concretamente, los resultados muestran que los ovillos que se observan en el cerebro de los pacientes con enfermedad de Alzheimer inducen la producción de inclusiones similares cuando se inyectan en el cerebro de ratones sanos.
Según los autores, esto indica que los ovillos tienen propiedades contagiosas y podrían ser similares a los priones, que están asociados con enfermedades cerebrales infecciosas como la enfermedad de las ‘vacas locas’ y la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob, la versión humana de este trastorno.
Los científicos, dirigidos por el Dr. Markus Tolnay, extrajeron secciones de cerebro de ratones que expresan una forma mutante de la proteína humana tau, un componente de los ovillos neurofibrilares de la enfermedad de Alzheimer. Estos extractos de cerebro fueron inyectados en regiones específicas en el cerebro de ratones normales.
Los investigadores observaron que los extractos cerebrales inducían proteínas tau humanas normales en los ratones para formar ovillos neurofibrilares. Además, estos ovillos recién formados pudieron expandirse a regiones cercanas del cerebro. Antes del estudio se desconocía la posibilidad de que la formación de inclusiones tau observadas en la enfermedad neurodegenerativa de la familia de taupatías fuera contagiosa. Se cree que las proteínas priónicas infectan y se propagan mediante su configuración en una estructura capaz de convertir a las proteínas en estructuras anormales similares.
El estudio abre nuevas vías de investigación en las taupatías que podrían dirigirse a comprender cómo una forma de tau anormal puede expandirse y hasta qué punto son similares las taupatías y las enfermedades priónicas.