ALCOHOLISMO
JANO.es · 10 marzo 2009
Un estudio muestra que el alcohol podría presentar un mejor sabor y olor a las ratas adolescentes que estuvieron expuestas a esta sustancia en el útero
Según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York en Syracuse (Estados Unidos) y publicado en la edición digital semanal de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la ingesta de alcohol durante el embarazo podría fomentar su consumo en los futuros hijos.
La investigación muestra que el alcohol podría presentar un mejor sabor y olor a las ratas adolescentes que estuvieron expuestas a esta sustancia en el útero. Esto, según los autores, proporcionaría un incentivo para que los animales jóvenes consuman más alcohol que los animales no expuestos.
Así, el equipo de investigador dirigido por los Dres. Steven Youngentob y John Glendinning sugiere que la exposición al alcohol de los fetos probablemente induzca una disminución de la sensibilidad a la amargura subyacente en el alcohol, lo que podría aumentar la repuesta positiva ante el olor del etanol.
Los investigadores midieron la avidez con la que las ratas consumían etanol, que tiene un sabor entre dulce y amargo, agua dulce con sacarosa o agua amarga con quinina. Descubrieron que las ratas expuestas al alcohol preferían el etanol y consumían más agua con quinina que las ratas no expuestas, que evitaban el agua amarga.
Según los autores, estos descubrimientos indican que las ratas expuestas tenían una respuesta mitigada ante el sabor amargo del alcohol. Las ratas expuestas al alcohol también exhibían una mayor conducta de olfateo alrededor del alcohol, lo que sugiere una atracción por el olor del etanol.
Por último, los científicos señalan que aunque en estudios epidemiológicos se ha vinculado la exposición fetal al alcohol en humanos con el riesgo de abuso del alcohol y con una reducción en la edad a la que una persona consume por primera vez alcohol, se desconoce el mecanismo preciso de este vínculo. Aun así, concluyen que estos resultados podrían proporcionar información sobre cómo el consumo maternal de sustancias se puede reflejar en la conducta de la descendencia.