GINECOLOGÍA
La obesidad extrema aumenta riesgo de complicaciones en el embarazo
JANO.es · 09 julio 2010
En Estados Unidos, el riesgo promedio de desarrollar preeclampsia fue del 4,5%, con un 3% para las mujeres con peso normal y un 13% para las superobesas, según un estudio.
Las mujeres consideradas superobesas tienen un alto riesgo de sufrir una complicación potencialmente fatal durante el embarazo, en especial si engordan demasiado, según un nuevo estudio.
Un 5% de las embarazadas desarrollan hipertensión y trastornos renales a partir de la semana 20 de gestación, según el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre de Estados Unidos, situación que genera riesgos graves para la madre y el feto.
Un índice de masa corporal (IMC) alto antes del embarazo es un factor de riesgo de preeclampsia, pero existe poca información sobre los peligros para la creciente cantidad de obesas mórbidas. Esto es, mujeres con un IMC de 50 que, por ejemplo, miden 1,67 metros y pesan 136 kg o más.
La cantidad de obesos mórbidos en Estados Unidos se quintuplicó en las últimas dos décadas, según indicó el equipo de Hamisu Salihu, de la University of South Florida, de Tampa, Estados Unidos, en la revista BJOG.
Este equipo revisó las partidas de nacimiento de Missouri desde 1989 al 2005, donde hubo más de 850.000 partos de bebés únicos. Más de tres cuartos de las madres tenían peso normal antes del embarazo y el 21% eran obesas. Menos de 0,5%, es decir, 3.001 mujeres, eran superobesas.
El riesgo promedio de desarrollar preeclampsia fue del 4,5%, con un 3% para las mujeres con peso normal, un 9% para las obesas y un 13% para las superobesas.
El riesgo de desarrollar preeclampsia se triplicó en las mujeres obesas (IMC de 30 o mayor) con respecto a las que tenían un peso normal (IMC de 25 o menor). Pero en las superobesas, ese riesgo se quintuplicó.
Cuanto más rápido engordaba una mujer durante el embarazo, mayor era su riesgo de desarrollar preeclampsia, sin importar su IMC. Las mujeres superobesas que más engordaban (0,7 kg por semana) eran 13 veces más propensas a desarrollar la enfermedad que las mujeres que engordaban moderadamente (entre 0,20 y 0,68 kg por semana).
"La obesidad, y en especial la mórbida, tiene que ser el centro" de los cuidados antes de la concepción, aseguró Salihu, "para que las obesas adelgacen antes del embarazo".
Las mujeres superobesas embarazadas deben ser controladas para reducir el riesgo de complicaciones; por ejemplo, garantizando que engorden sólo lo necesario. Y después del parto, afirmó, los médicos deben trabajar para que adelgacen y tengan nuevos embarazos con menos riesgo para ellas y sus bebés.