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Las listas de espera siguen siendo el principal motivo de preocupación del Sistema Nacional de Salud (SNS) para los ciudadanos españoles, tal como demuestra el que hasta un 49,7% de los españoles considera que la situación no ha cambiado en el último año, y un 11,7% cree incluso que ha empeorado.

 

Así lo aseguró la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, durante la presentación del Barómetro Sanitario de 2010, para el que se han realizado 7.600 entrevistas.

 

Entre los aspectos “mejorables” del sistema los ciudadanos destacan primero aquellos que tienen que ver con algún tipo de demora asistencial. Los ciudadanos califican con un suspenso el tiempo que los médicos especialistas tardan en ver a los pacientes desde que se pide una cita (4,89 sobre 10), el retraso en la entrega de los resultados de las pruebas diagnósticas (4,87), y el tiempo de demora para el ingreso no urgente en el hospital (4,74).

 

El barómetro muestra además que el 33,5% de los encuestados considera que su comunidad autónoma no está realizando acciones para mejorar sus listas de espera, frente al 36,9% que sí ve políticas “para arreglar la situación” o el 29,3% que lo desconoce.

 

Según Pajín, “hay muchas comunidades que están tomando medidas y, gracias a ello, han recortado el tiempo de espera para determinadas intervenciones”. Además, recordó que su departamento también está trabajando con los gobiernos autonómicos para tratar de mejorar la situación mediante la fijación de un tiempo máximo de espera para cada intervención, como anunció hace un año su antecesora en el cargo Trinidad Jiménez, si bien no ha precisado cuándo se pondrá en marcha esta medida.

 

Por otro lado, y en términos generales, la valoración positiva del SNS sigue creciendo ya que, según los datos del Barómetro, los ciudadanos dan una puntuación de 6,57 sobre 10, frente al 6,14 que obtuvo en 2005.

 

Además, la encuesta revela que el 74% de los ciudadanos considera que funciona bien o bastante bien aunque necesite algunos cambios, mientras que sólo un 3,5% cree que debería rehacerse por completo el sistema.

 

El respaldo a la sanidad pública lo muestra también el hecho de que la mayoría de los ciudadanos la prefieren en lugar de acudir al ámbito privado, sobre todo para consultas de Atención Primaria (63,86% frente a 29,75%), hospitalizaciones (58,79% frente a 33,73%), y Urgencias (59,60% frente a 32,99%).

 

En el caso de las consultas con médicos especialistas, sin embargo, los ciudadanos están más divididos, ya que aunque un 47,97% prefiere la sanidad pública, el 42,94% reconoce que iría a la privada.

 

Los principales motivos que dan los ciudadanos que prefieren la sanidad privada son la rapidez de su atención y la comodidad de sus instalaciones. En cambio, aquellos que prefieren la red pública de servicios sanitarios alegan los medios y la tecnología de los centros, la capacitación de los profesionales sanitarios y la información que reciben sobre sus problemas de salud.

 

Además, las personas encuestadas tienen una buena valoración del trabajo de los profesionales sanitarios. En concreto, el 84,3% confía en la labor de las personas que ejercen la Medicina; el 83,4% también manifiesta confianza en la labor del personal de Enfermería y el 78,2% en el resto de personal sanitario.

 

Pese a estos datos, la ministra Pajín reconoció que hay que “seguir trabajando para mejorar la eficiencia”, descartando que para ello haya que hacer recortes como se está haciendo en Cataluña. “Ahorro y eficiencia frente a recortes”, insistió.

 

En el caso de Cataluña, según señaló la ministra, se ha pedido un informe a la Consejería de Salud para conocer el impacto de las medidas que se están llevando a cabo, si bien reconoció que “apuesta por mantener prestaciones y no dar pasos atrás”.