GINECOLOGÍA
Nuevas directrices confirman la viabilidad del parto vaginal después de una cesárea anterior
JANO.es · 27 julio 2010
Los hospitales de Estados Unidos deberán respetar la decisión de una mujer de tener un parto vaginal después de una cesárea previa.
Aún cuando no estén preparados para manejar una cesárea de emergencia, los hospitales deberán respetar la decisión de una mujer de tener un parto vaginal después de una cesárea (PVDC) anterior, de acuerdo a las nuevas directrices.
El PVDC aumenta el riesgo de que la cicatriz de una cesárea previa se desgarre durante el trabajo de parto, lo que puede producir una hemorragia peligrosa para la vida del bebé. Eso llevó a que las directrices anteriores aconsejaran precaución en los partos de mujeres con cesáreas previas. Pero estudios recientes demostraron que la ruptura uterina sucede en menos del 1% de las mujeres que optan por el parto vaginal y que entre el 60% y el 80% de los PVDC tienen éxito.
Si bien las nuevas guías del American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) insisten en que un equipo quirúrgico completo debe presenciar el parto por si se necesita una cesárea, destacan el respeto por la decisión de la mujer.
"Esto respalda que las mujeres puedan aceptar un mayor nivel de riesgo; el equipo médico debe informarles claramente de ese posible aumento del riesgo y las alternativas disponibles", indicaron. "En la mayoría de las mujeres con un parto previo por cesárea, ensayar el trabajo de parto es una opción segura y adecuada", dijo el doctor Jeffrey L. Ecker, en referencia a un PVDC planificado.
El Doctor Ecker, que dirige el área de medicina materno-fetal del Massachusetts General Hospital, de Boston, Estados Unidos, es coautor de las nuevas directrices publicadas en Obstetrics & Gynecology. Aseguró que hasta las mujeres con dos cesáreas previas serían buenas candidatas para el parto vaginal.
Su deseo es que los nuevos parámetros ayuden a reducir las dudas sobre la responsabilidad médica que argumentan muchos profesionales para no ofrecer el PVDC.
Nueve de cada diez embarazadas en Estados Unidos tienen una segunda cesárea. En cambio, un tercio de todas las embarazadas tienen un parto por cesárea.