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Nuevos tratamientos están cambiando la historia de la leucemia

JANO.es · 12 marzo 2008

Las tasas de supervivencia con las nuevas terapias alcanzan el 90% a los 5 años en leucemias mieloides crónicas y el 40-50% en leucemias mieloides agudas

“En domingo, a nueve días del mes de octubre del año mil quinientos cuarenta y siete” fue bautizado en la iglesia de Santa María la Mayor el cuarto hijo de Leonor y Rodrigo de Cervantes.

Amediados del siglo XVI Alcalá de Henares era el paradigma de una ciudad universitaria. Los propios reyes enviaban a sus hijos a cursar estudios en la ciudad: don Juan de Austria, Alejandro Farnesio o el infortunado príncipe heredero don Carlos fueron estudiantes de su Universidad Complutense.

En aquellos años era frecuente encontrar, paseando por las calles complutenses, a los más importantes intelectuales españoles. Ése fue el ambiente que encontró el humilde cirujano sangrador Rodrigo de Cervantes cuando se instaló en la villa para trabajar en el hospitalillo de Antezana, situado en la Calle Mayor de la ciudad.

El hospital era una casa señorial del siglo XV que había sido transformada, a partir de 1483, en hospital de caridad y acogía en su interior un precioso patio castellano adornado con elementos mudéjares.

Los Cervantes se acomodaron en la casa contigua al hospital, en el único tramo de la Calle Mayor que carece de soportales, y allí nació —se cree que el 29 de septiembre de 1547— Miguel de Cervantes Saavedra.

Nadie pudo imaginar entonces el protagonismo que aquel niño tendría en la historia de la literatura y de la ciudad, pues de haberlo hecho probablemente hubiera sido bautizado por el mismísimo Cardenal Cisneros en la impresionante iglesia-catedral, una de las dos únicas en todo el mundo que posee el título de “Magistral”.

En busca de mejor fortuna, la familia Cervantes marcha a Valladolid, donde a la sazón se hallaba la corte. Allí se establece en el barrio del Sancti Spiritus, pero las deudas contraídas llevan al padre a la cárcel y provocan el embargo de todos sus bienes.

La iglesia de Santa María la Mayor fue incendiada durante la Guerra Civil Española y sólo quedan en pie la torre campanario, parte de los ábsides y varias capillas anexas, entre ellas la de Oidor, donde se conserva la pila bautismal en la que fue bautizado Cervantes.

El hospital de Antezana, gratuito, aún en funcionamiento y dedicado al cuidado de ancianos, es la institución sanitaria privada más antigua de Europa.

“El príncipe de los ingenios” vivió en Alcalá de Henares su primera infancia, hasta 1551, y vio crecer la ciudad universitaria que había planeado el cardenal Cisneros. Alrededor del Colegio Mayor de San Ildefonso proliferaron varios colegios menores.

La Alcalá de Cervantes

La Calle Mayor, en la que estaba situada su casa natal —conocida en otro tiempo como “la calle Mayor de la Judería”— era el eje que vertebraba la vida de la ciudad, al tiempo que uno de sus espacios más pintorescos, debido al aspecto que le otorgaban sus aceras con soportales. En los días en los que Cervantes recorría esta calle, las columnas de madera que sujetaban los soportales ya habían sido sustituidas por otras de piedra, que aún se conservan.

El Palacio Arzobispal ya contaba por aquellos años con su fachada renacentista y sus torres almenadas. Años antes había sido residencia de reyes y cuna de príncipes. En él habían vivido los Reyes Católicos y la reina Juana había dado a luz a su hijo Fernando, hermano del Emperador Carlos.

De los veinte primeros años de la vida del creador de el Quijote y de su formación académica no se sabe casi nada con certeza. Se cree que el escritor estudió con los jesuitas en Córdoba o Sevilla y quizás en Salamanca. Por tanto, Cervantes no disfrutó en su época de estudiante del esplendor de la universidad alcalaína: la magnífica fachada plateresca, el Colegio Mayor de San Ildefonso, el patio de Santo Tomás de Villanueva, el patio de los Filósofos, el de San Jerónimo, la Capilla de San Ildefonso o el Paraninfo, donde impartirían lecciones profesores como Nebrija, ante alumnos como Lope de Vega, Ignacio de Loyola, Quevedo, Tirso de Molina o Calderón. Tampoco llegó a ver Cervantes el Corral de Comedias que se construyó en la plaza del mercado y que ha dado lugar a una tradición teatral que llega hasta nuestros días.

En la Calle Mayor, sobre el solar que ocupó la casa original, es posible visitar una reconstrucción de la Casa Natal de Cervantes. Actualmente es un museo de dos plantas, en el que las habitaciones, decoradas con muebles y utensilios de la época, se distribuyen en torno a un agradable patio castellano con pozo.

La vida de Alcalá de Henares sigue íntimamente ligada a la figura del escritor. Su nombre está presente en las calles, comercios y monumentos, y las fechas de su nacimiento y muerte son días señalados en el calendario complutense.

Alcalá en la obra cervantina

Aunque Cervantes solamente anduvo por las calles alcalaínas los años de su infancia, y se sabe que únicamente volvió una vez después en su vida, en su obra quedan varias menciones a la ciudad que le vio nacer. Por ello, es frecuente encontrar a lo largo de su Quijote referencias al río Henares, que rodea la ciudad, como en la poesía que canta al arpa Altisidora, alabando a Dulcinea: “Por eso será famosa / desde Henares a Jarama”. La más famosa referencia a Alcalá en el Quijote se puede encontrar en el capítulo XXIX de la primera parte, donde dice: “(…) que aún hasta ahora yace encantado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de la gran Compluto”. Compluto es, por supuesto, la Alcalá romana, y la gran cuesta a la que se refiere Cervantes aún existe y conserva el nombre de Zulema.

No sólo menciona Cervantes la ciudad en su obra maestra. También lo hace en La Galatea, que por cierto fue impresa en un taller de la alcalaína calle de Libreros, en la única visita que se conoce hizo el Cervantes adulto a la ciudad complutense. En esta bucólica obra, Cervantes sitúa la acción “en las riberas del famoso Henares, que al vuestro dorado Tajo, hermosísimas pastoras, da siempre fresco y agradable tributo, fui yo nacida y criada (…)”. La Galatea nace, como su creador, en las riberas del Henares.

También en algunos pasajes de Los trabajos de Persiles y Segismunda aparece el río Henares, y la Universidad de Alcalá será recogida en uno de los diálogos de El coloquio de los perros, que forma parte de las Novelas ejemplares.

Más pródigo en sus menciones fue Alonso de Avellaneda, el impostor que publicó, antes que el propio Cervantes, la segunda parte de Quijote. El capítulo XXVIII se desarrolla en Alcalá, y en él el autor demuestra un amplio conocimiento de la vida estudiantil de la ciudad de mediados del XVI.

Cervantes en la ciudad actual

La fecha del bautismo de Miguel de Cervantes, el 9 de octubre, es día de fiesta en la ciudad. Para conmemorarlo, se celebra la “semana cervantina”, durante la que Alcalá se transforma en una ciudad del siglo XVI. En esos días, es posible comprar alimentos elaborados de forma artesanal en un mercadillo medieval, tropezarse en la Calle Mayor con gallinas y burros, asistir a la representación al aire libre de algún pasaje de el Quijote o disfrutar de los alegres pasacalles que recorren la Plaza de Cervantes.

La antigua Plaza del Mercado es hoy la Plaza de Cervantes, corazón de la ciudad flanqueado por importantes torres y edificios, como el Corral de Comedias y el Ayuntamiento, en el que se encuentran custodiados la Biblia Políglota de Nebrija, un monumento de la cultura renacentista, y el acta de bautismo de Cervantes. Presidiendo la plaza se encuentra la famosa estatua esculpida en bronce del escritor. Y sobrevolando todo ello, las siempre presentes cigüeñas, que a fuerza de poblar cada torre y campanario se han convertido en uno de los símbolos más importantes de la ciudad. A

lcalá de Henares fue elegida además, y precisamente por ser la cuna del escritor, para ser la sede del Instituto Cervantes, institución pública creada para la promoción y la enseñanza de la lengua española y para la difusión de la cultura española e hispanoamericana. Los centros del Instituto están situados en 4 continentes y la sede central se halla en el Colegio del Rey, ubicado en la Calle Libreros.

Cada 23 de abril, fecha de su fallecimiento, Alcalá de Henares recibe a los Reyes de España en el Paraninfo de su Universidad. En esta pequeña estancia, y bajo un increíble artesonado policromado mudéjar, los monarcas entregan desde 1976 el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras hispánicas. Alcalá de Henares fue elegida, además, como sede del Instituto Cervantes.

Texto: Ana Bella García

Fotografías: Luis Domingo

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