HIPERTENSIÓN
Prometedores resultados del primer inhibidor de la renina
JANO.es · 26 noviembre 2007
Datos presentados en el Congreso de la SEMI muestran la seguridad y tolerabilidad del aliskiren en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca
Los problemas de sueño de los hijos no sólo impiden el descanso de los padres, sino que también podrían disminuir su bienestar físico y crear angustia emocional. Al menos eso concluye un estudio australiano realizado con más de 10.000 familias con bebés o niños en edad preescolar que reveló que las madres —las que más se ocupan de las alteraciones del sueño de sus vástagos— eran las más afectadas por esos problemas de salud. Así, mientras que entre los padres sólo se halló relación entre los problemas de sueño de los hijos con una menor calidad de su salud, los problemas para dormir a cualquier edad tendieron a afectar al bienestar físico y psicológico de las madres.
Lo fundamental para los padres es que deben resignarse a convivir con los problemas del sueño que les afectan física y emocionalmente, señaló la coautora del estudio, la Dra. Harriet Hiscock, del Royal Children´s Hospital de Melbourne. “No necesitan seguir soportando que el sueño de sus hijos sea un problema”. Esta investigadora sugirió que los progenitores hablen con el pediatra sobre las técnicas conductuales disponibles para ayudar a sus hijos a quedarse dormidos y descansar toda la noche.