CARDIOLOGÍA

Radiografía de las Enfermedades Cardiovasculares en la Mujer Española

JANO.es y agencias · 27 mayo 2008

La Fundación Española del Corazón organiza a partir del 28 de mayo y hasta el próximo 1 de junio en Madrid la XXIV Semana del Corazón, bajo el lema "Cada mujer, un corazón"

El consumo de 2 unidades diarias de leche fermentada con Lactobacillus casei DN-114 001 (Actimel®) por personas mayores de 50 años durante un tratamiento con antibióticos en el medio hospitalario reduce, tal y como ha concluido un ensayo clínico publicado en The British Medical Journal (2007;335(7610):80), en un 22% la incidencia total de diarreas, además de erradicar las causadas por Clostridium difficile.

La diarrea se corresponde con una de las complicaciones más frecuentes de los tratamientos antimicrobianos, y la originada por C. difficile, patógeno responsable de hasta un 15-25% del total de casos de diarrea asociados con la antiobioterapia, así como de las diarreas de mayor prevalencia en hospitales y residencias, puede derivar en una sintomatología grave y, en último término, en un desenlace fatal.

De ahí la importancia del consumo de L. casei, pues como refirió el Dr. Christopher Bulpitt, del Hospital Hammersmith de Londres (Reino Unido) e investigador principal del estudio, “la reducción con las bebidas probióticas de la incidencia de la diarrea asociada a los antimicrobianos podría ser un medio para disminuir la mortalidad de los pacientes de más de 50 años, así como el elevado gasto sanitario que comportan estos trastornos”.

Beneficios significativos 
El estudio, de diseño doble ciego y controlado con placebo, fue llevado a cabo con 135 mayores de 50 años ingresados en los hospitales Hammersmith, Charing Cross y Hillindong de Londres y sometidos a tratamiento antibiótico.

De acuerdo con un criterio aleatorio, y conjuntamente con la administración de los antimicrobianos y hasta una semana después de la conclusión de la antibioterapia, los participantes recibieron bien un batido estéril de larga duración, bien una bebida a base de leche fermentada con las 3 bacterias lácticas contenidas en Actimel® –L. casei DN-114 001, L. bulgaricus y Streptococcus thermophilus–. Los resultados mostraron que, frente al 34% del grupo placebo, sólo el 12% de los pacientes tratados con el probiótico desarrolló una diarrea asociada al tratamiento antibiótico. Más concluyentes fueron las evidencias referidas a la diarrea por C. difficile: inexistente en el grupo del probiótico, tuvo una prevalencia del 17% en los pacientes de la rama control.

Lactosa y C. difficile 
En este contexto, debe referirse, como apuntó el Dr. Francisco Guarner, gastroenterólogo del Departamento de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Vall d’Hebrón de Barcelona, “que el índice de pacientes que presentaron diarreas en el grupo placebo (34%) es substancialmente mayor al observado en otros estudios (15-25%). La razón puede explicarse por la presencia de lactosa en el producto placebo”. La ingestión de lactosa en sujetos con deficiencia de lactasa puede provocar diarreas. Y la prevalencia de esta deficiencia en personas de edad avanzada se sitúa en el 40-50%.

“Sin embargo –concluyó el Dr. Guarner–, los resultados obtenidos en la prevención de las infecciones por C. difficile no pueden explicarse por la utilización de lactosa contenida en el placebo”. Además, y de acuerdo con los estrictos criterios de exclusión del estudio, no se permitió la inclusión de pacientes con intolerancia a la lactosa o a los productos lácteos. Tampoco de aquellos que tomaban probióticos con regularidad; que presentaban diarreas en el ingreso o durante la semana anterior; que habían consumido antibióticos durante las 4 semanas previas al inicio del ensayo; que padecían patologías intestinales que incluyeran la diarrea; o que sufrieran una enfermedad grave, inmunosupresión, cirugía intestinal, válvulas cardiacas artificiales e historia de enfermedad cardiaca reumatoide o endocarditis infecciosa.