DERMATOLOGÍA
JANO.es y agencias · 23 diciembre 2009
El mayor riesgo podría estar relacionado con los medicamentos inmunosupresores utilizados y la edad del paciente en el momento del trasplante
Los pacientes que han recibido un trasplante de corazón tienen más riesgo de desarrollar un cáncer de piel, incluso más que aquellos que presentan otros tipos de cáncer, según los resultados de una investigación de la Clínica Mayo (Estados Unidos) que aparecen publicados en “Archives of Dermatology”.
El estudio sugiere que los trasplantados cardíacos podrían incluso tener el doble de probabilidades de desarrollar un cáncer de piel en comparación con los receptores de un trasplante renal, por lo que este mayor riesgo podría estar relacionado con los medicamentos inmunosupresores utilizados y la edad del paciente en el momento del trasplante.
Para ello, los autores revisaron los registros de 312 pacientes que habían recibido un trasplante de corazón entre 1988 y 2006, con una edad media de 47,4 años en el momento de la operación.
En total, se contabilizaron un total de 1.395 casos de cáncer de piel que afectaron al 46,4% de estos pacientes en los 19 años posteriores de seguimiento. De ellos, 1.236 fueron carcinomas de células escamosas, 151 carcinomas de basocelulares, 5 melanomas malignos y otros tres tipos más.
Al evaluar la carga tumoral, un total de 76 pacientes (24,4%) desarrolló al menos un carcinoma de células escamosas; 24 sólo desarrollaron uno de estos tumores (7,7%); aunque hubo 10 pacientes (6,1%) que desarrollaron diez o más cánceres de piel, mientras que 54 pacientes (17,3%) sufrieron al menos un carcinoma basocelular, 23 pacientes sólo uno (7,4%) y sólo 2 pacientes (0,6%) desarrollaron más de diez de este tipo.
Según los autores, los pacientes fueron más propensos a desarrollar carcinoma de células escamosas si presentaban otros tumores tras el trasplante, tenían una edad más avanzada o presentaban insuficiencia cardíaca desconocida.
Igualmente, el riesgo de carcinoma basocelular está más relacionado con infecciones por herpes simple, una edad más avanzada y el uso del inmunosupresor micofenolato.
Pese a todo, la mortalidad por estos tumores fue sorprendentemente baja en estos pacientes, ya que “sólo hubo un paciente que falleció por un melanoma”.
En cualquier caso, los autores consideran necesario vigilar algunas pautas preventivas, como la protección solar, los chequeos continuos y los niveles de vitamina D.