GINECOLOGÍA

Tres de cada cuatro españolas son reacias a donar sus óvulos

JANO.es · 07 mayo 2008

Una encuesta realizada a personas de 18 a 30 años revela que el 74% de las mujeres y el 49% de los hombres se muestran contrarios a la donación de óvulos a otras mujeres para conseguir un embarazo

Hace unos meses publiqué un libro sobre el humor que los pueblos sometidos a una tiranía han utilizado como arma contra el opresor. Es una teoría que defendía Freud, pues el dictador recela de los que practican el sano ejercicio de la risa, que, además, levanta la moral de los que son sus victimas. El capítulo dedicado a la Unión Soviética lleva por título “Cuando los rusos querían que les insultasen”, que no tiene nada de enigmático, porque era la respuesta de los asalariados del comercio y de los servicios a la norma que prohibía la propina, a la que los jerarcas calificaban de “insulto a la dignidad de los trabajadores”. Se respetó la ley, pero sólo formalmente. Los contratados se acercaban a los clientes y les decían en voz baja: “Insúltame por favor, camarada”.

Una persona leyó aquel texto y por teléfono me ha hecho saber que si me interesa el tema de las propinas, una web del diario argentino Clarín ha publicado casi una enciclopedia sobre el tema. No tengo un interés especial por la propina. Pero todo lo que es humano puede causar una sorpresa y me la proporcionó a mí. Ha sido la comprobación de que todos los conocimientos alcanzan un grado de especialización, que antes quedaba reservado a las materias regladas por los planes de estudio.

Si un día crean un doctorado sobre “Propinas, ¿complemento salarial o muestra de satisfacción?”, que llamen al especialista de Clarín, que firma con el seudónimo de El Viajero Ilustrado. El concepto de donación voluntaria por un servicio se ha degradado en la mayoría de los países y se ha convertido en un porcentaje, que muchas veces se incluye en la cuenta. Los británicos dicen ser muy señores, pero se convierten en seres agresivos si no añaden el 15% al coste del consumo. El concepto de voluntariedad desaparece. En los diccionarios de hace un siglo se señalaba que la libre donación iría acompañada de la sonrisa de la amistad. En muchos países, el receptor se queda esperando lo que llamamos aún propina, que no es donación agradecida, sino tasa para evitar que el camarero no ponga cara de pocos amigos.

En fin, que los diccionarios deberían revisarse, porque la palabra es brutalmente interesada. Cada país es un caso. Volvamos a la URSS. Aparece también la prohibición en la crónica de El Viajero Ilustrado, pero cuenta cómo el cliente dejaba caer las monedas en un bolsillo del camarero, que tenía una entrada tan desmesurada como la boca de un dragón. Era una austeridad teórica la de los rusos. Y los países que llamábamos satélites, cuando han podido, han creado el impuesto del 15% para médicos y dentistas. El humillado, muchas veces, no es el que percibe, sino el que teóricamente tiene la obligación de desembolsar.