SIDA
JANO.es y agencias · 17 julio 2008
Según científicos norteamericanos, la alteración podría ser la responsable del 11% de los casos de infección por el virus del sida en África
Una variante genética podría ser la responsable del 11% de los casos de VIH en África, según sugiere un estudio de la Universidad de Texas, en San Antonio (Estados Unidos), que se publica en "Cell Host & Microbe". La variante genética ha sido descubierta sólo en personas con ancestros africanos y aumenta sus probabilidades de infectarse con el virus en un 40%.
Los investigadores también han descubierto que, sin embargo, una vez que las personas están infectadas, la misma variante genética parece protegerles frente a la progresión de la enfermedad, lo que les permite tener una esperanza de vida de dos años más. El descubrimiento es uno de los pocos factores de riesgo genéticos del VIH que se encuentran sólo en las personas con descendientes africanos.
Según los autores, si estos descubrimientos pudieran extrapolarse a África, donde alrededor del 90% de las personas son portadoras de la variante, esta podría ser la responsable del 11% de los casos del VIH en el continente.
El gen en cuestión codifica una proteína que se encuentra en la superficie de los glóbulos rojos y que se conoce como receptor del antígeno Duffy para las quimioquinas (DARC). La variante DARC que se encuentra en las personas con ancestros africanos les deja sin este receptor concreto en los hematíes.
La llamada condición "DARC-negativo" ha sido bien estudiada porque también confiere protección frente a la infección por un parásito causante de malaria, Plasmodium vivax. Los investigadores creen que esta variante genética pudo haber surgido para proteger frente a otro tipo de variedad letal de malaria que pudo existir en el pasado.
Según los autores, la investigación muestra, además, la compleja interacción entre enfermedades importantes históricamente y la susceptibilidad en los tiempos contemporáneos.
Examinaron un gran grupo de personas en las fuerzas aéreas estadounidenses que incluían a más de 1.200 que eran portadoras del VIH y que habían sido seguidas durante casi 22 años. El grupo era ideal para el estudio del papel del gen porque era equilibrada a nivel étnico y no existían muchos factores como diferencias en el estatus económico o acceso a la sanidad, que suelen aportar elementos de confusión.
Estos estudios mostraron que la prevalencia de la variante "DARC-negativo" en los afroamericanos era superior entre aquellos con VIH que entre los que no lo tenían. Aunque el genotipo "DARC-negativo" estaba asociado con un mayor riesgo de adquirir el VIH, dentro del contexto de la infección ya establecida se descubrió que las personas con la variante tenían una progresión más lenta de la enfermedad.
Según los científicos, estos resultados subrayan que las variantes genéticas que influyen en la transmisión y progresión de la enfermedad pueden diferir en su frecuencia entre las diferentes poblaciones. Esto implicaría un posible impacto en la heterogeneidad de la cantidad de enfermedad, no sólo a nivel de individuos, sino también de poblaciones. El descubrimiento podría tener también implicaciones en la evaluación de la eficacia de las vacunas para el VIH.