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Unos 300.000 ancianos sufren algún tipo de maltrato en España

JANO.es y agencias · 11 abril 2008

Según la semFYC, en la mayoría de los casos no denuncian por depender emocional o económicamente de su agresor

Los expertos estiman que en los últimos decenios han surgido 40 nuevas patologías infecciosas. El cambio climático parece ser el único responsable, pero ¿quién tiene la culpa de este fenómeno? Ésto es lo que se preguntó durante el XII Simposio Científico de la Fundación Lilly el Prof. Julian Davies, del Dpto. de Microbiología de la Universidad de British Columbia (Vancouver, Canadá). El Prof. Davies reconoció la culpabilidad del ser humano que, con su agresión permanente al ecosistema, ha provocado una suerte de “revolución bacteriana”.

–¿La influencia de la actividad humana sobre el medio ambiente está provocando una revolución bacteriana?

–En cierto modo sí. Y además sabemos que los microorganismos siempre ganan. Los seres humanos llevamos sobre la Tierra apenas unos millones de años. Estamos, de alguna manera, recién aterrizados en un planeta poblado por microbios. Ellos llegaron primero y van a permanecer. Cuando los seres humanos lleguen al término de su existencia, los microorganismos seguirán. Tenemos que aprender a vivir con las bacterias y comprender que algunas causan enfermedades, pero que la gran mayoría no sólo no las provocan, sino que son muy importantes para la existencia de la vida en nuestro planeta.

–Estamos en un momento en el que se habla de nuevas enfermedades infecciosas, brotes epidémicos, resistencias a los fármacos…

–Somos los únicos responsables del calentamiento mundial. Hemos destruido ecosistemas y liberado microorganismos, virus y bacterias de áreas desconocidas. Tenemos que aprender a utilizar de mejor forma los microbios. Y podemos hacerlo. El microbiano es un mundo asombroso que seguimos sin entender, especialmente el de aquellas bacterias presentes en nuestro organismo. No olvidemos que el 90% de las células del organismo humano son en realidad bacterias.

–¿Hemos declarado la guerra a las bacterias para vivir en un mundo más limpio?

–Sí, pero un mundo estéril. Y un mundo estéril es un mundo sin vida.

–No para de repetir que “todo depende de todo lo demás”, ¿qué es lo que quiere expresar?

–Los seres humanos hemos cambiado en los últimos años todo el concepto de la biología. Nos hemos dado cuenta de que los sistemas biológicos no son lineales. Sabemos que una única célula es un sistema complejo de moléculas que interactúan entre sí, y que todo está controlado por el ADN. Una vez que hemos empezado a comprender lo que son dichas redes en términos biológicos, hemos entendido que hay redes no sólo dentro de las células, sino también entre células, y entre éstas y el medioambiente. Y el medioambiente lo constituyen múltiples entornos: suelo, intestino humano, mar, aire, etc. Es un gran sistema interactivo que se interrelaciona gracias a los microorganismos, a las bacterias. Como parte de estas redes, los seres humanos dependemos totalmente de los microbios y por eso podemos afirmar que todo depende de todo lo demás.

–¿Cualquier modificación de cada uno de estos factores supone un cambio en las relaciones medioambientales?

–Desde luego. Por ejemplo, una mutación en un microorganismo va a hacer cambiar su relación con los demás. Y los microorganismos infectivos, por ejemplo, a menudo causan infecciones como comunidades. Se llaman biopelículas; si se modifica alguna de las bacterias en dicha biopelícula, ésta se desestabiliza. Por ello es importante comprender todas las redes; tenemos que entenderlas si queremos diseñar de forma inteligente nuevos fármacos que sean capaces de eliminar, por ejemplo, las resistencias a los fármacos.

»Creo, y cada vez más personas comparten esta opinión, que las moléculas importantes de la naturaleza son el ADN y los lípidos. Ahora ya sabemos que prácticamente todo organismo vivo produce moléculas pequeñas, como, por ejemplo, antibióticos. Los generan los microorganismos, pero estos pueden producir muchas otras moléculas. La pregunta es ¿qué hacen todas estas moléculas en la naturaleza? Creemos que actúan como señales entre las bacterias, entre éstas y los hongos, entre las plantas, el ser humano, etc. Ese lenguaje es el soporte químico que les permite comunicarse. Y nosotros no comprendemos nada de dicho lenguaje químico. Estamos intentando entender más sobre estas pequeñas moléculas, y una vez que se logre, podremos desarrollar agentes terapéuticos más eficaces y efectivos.

–Este lenguaje químico tiene un código, un equilibrio, ¿qué pasa si se altera?

–No sabemos el código, pero la naturaleza ha evolucionado y ha hecho que dichos sistemas de redes posean moléculas específicas que son capaces de establecer un sistema de señalización dentro de determinados medios. Si ahora añadimos una molécula totalmente diferente a dicho medio, como el suelo o el aire, se perturba la comunicación. Un ejemplo es el hecho de que en los últimos 50 años la industria farmacéutica ha producido millones de toneladas de antibióticos, de biocidas, bactericidas, etc. Han liberado esa cantidad ingente de compuestos al medioambiente, pero no tenemos ni la más remota idea de lo que provocan todos estos compuestos sobre la población bacteriana presente en la naturaleza. Es posible que estemos perturbando a los microbios y les hayamos confundido de tal forma que su propio lenguaje no sea reconocible. Es algo inquietante, porque sabemos que todo depende de todo lo demás. Hay un equilibrio y lo estamos alterando.

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