VACUNAS
JANO.es y agencias · 20 enero 2010
Investigadores franceses publican que una versión atenuada de la vacuna BCG, ensayada por primera vez en 1921, podría ser eficaz en algunas enfermedades inflamatorias crónicas
Científicos del Instituto Pasteur (Francia) aseguran que una versión atenuada de la vacuna BCG contra la tuberculosis puede resultar eficaz como tratamiento del asma y algunas enfermedades inflamatorias crónicas, según las conclusiones de un estudio publicado en el “Journal of Immunology”.
Dicha vacuna, descubierta por Albert Calmette y Camille Guerin, investigadores del mismo centro, fue probada por primera vez en humanos en 1921 y casi 90 años después se acaba de presentar una patente para poder probar si esta nueva indicación tiene eficacia en humanos después de los resultados esperanzadores obtenidos en animales.
La investigación tomó como punto de partida numerosos estudios epidemiológicos previos, sobre todo en Japón, que habían demostrado que las alergias y el asma son menos frecuentes en aquellos países con una alta incidencia de tuberculosis. Sin embargo, para comprobar si el uso de esta vacuna ayudaba a proteger contra algunos alergenos, los investigadores tuvieron que retocar la formulación de la vacuna para poder utilizarla en más de una ocasión ya que, tal como explica Gilles Marchal, autor del estudio, “la BCG normal no puede ser utilizada de forma repetida para tratar enfermedades de tipo alérgico que necesitan corticoides o inmunosupresores”.
De este modo, tras proceder a la liofilización o “deshidratación intensa” para corregir el antígeno, se administró en ratones sin detectar efectos adversos significativos consiguiendo que ninguno de los animales tratados desarrollara asma. Asimismo, también sirvió para prevenir la hiperreactividad de las vías respiratorias y redujo la inflamación pulmonar.
En concreto, explican los autores de la investigación, el efecto antiinflamatorio lo consiguen gracias a la producción de linfocitos T reguladores o supresores y citocinas.