HIPERTENSIÓN ARTERIAL
Alicante reúne a 400 especialistas en HTA
JANO.es y agencias · 31 enero 2008
La ciudad acoge la Reunión Anual de la Sección de Hipertensión Arterial de la Sociedad Española de Cardiología
Sin que ello entrañe un juicio de valor, parece que la actual es una literatura urbana en la que escasean los grandes espacios y la descripción sensual; si ello responde a una tendencia literaria exclusivamente o es algo más irreparable, como la degradación del medio rural, es algo que entraría de lleno en el lábil territorio de otro tipo de análisis. Esta introducción —subjetiva— sirve para involucrarnos en un tema apasionante: el paisaje en la literatura de Cunqueiro. En el libro Paisaje y literatura Cunqueiro pergeña en el año 1954 un texto titulado “El paisaje en la concepción poética”, que es clave para desentrañar la relación autor-paisaje y la forma literaria con la que el mindoniense aborda este asunto. Escribe Álvaro Cunqueiro: “Hablo del paisaje que yo y la gente de mi nación hemos visto”. Parece evidente que esta afirmación establece unos lazos de complicidad entre el autor y un determinado tipo de lectores. ¿Podía tomarse esto como una declaración de principios en la que Álvaro Cunqueiro confiesa escribir sólo para una nación de lectores? Sería matizable, pues Cunqueiro, como otros muchos autores, parte deliberadamente de una territorialidad precisa para llegar a la universalidad. Añade el autor: “Hay una permanente invención del paisaje”. Mondoñedo y su entorno son el germen de toda la geografía de Cunqueiro, que no sólo inventa o recrea el paisaje cada vez que lo mira, sino que fabula, partiendo del paisaje mindoniense, una patria literaria más amplia con toponimias inventadas y personajes ficticios porque al nombrarlo, dice más adelante, “determino del paisaje algo que lo trasciende”. Cunqueiro concibe el paisaje como una entidad viva, con su propio latido, la sucesión de estaciones, como algo nutricio en lo que el ser humano se desarrolla. El mar, ese elemento que Álvaro Cunqueiro, hombre de interior, ve con nostalgia, como medio de comunicación y escape, como eje de mitos y leyendas, es el argumento de parte de su obra poética (Mar ao Norde) y narrativa (Cuando el viejo Simbad vuelve a las islas o Las mocedades de Ulises). Es el mar un tema centrífugo por el que transita su obra hacia rumbos dispersos, países lejanos, fabulaciones que sitúan al lector en ámbitos y ante personajes fantásticos. Y es, también, un asunto recurrente que podemos rastrear en Fábulas y leyendas de la mar, donde une el dato erudito con la fabulación, el tratado de zoología con el libro apócrifo.