TOXICOLOGÍA
JANO.es · 16 septiembre 2011
Un estudio sobre la población infantil estadounidense revela que la ingesta de medicamentos supone el 55% de las visitas a urgencias, el 76% de los ingresos hospitalarios y el 71% de las lesiones importantes.
El envenenamiento farmacéutico sigue siendo una lesión común en la infancia a pesar de las mejoras en la seguridad en los envases. Un estudio publicado en Journal of Pediatrics, ha tratado de describir este problema para reducir el número de envenenamientos debidos a intoxicación farmacológica.
El doctor Randall Bond y sus colaboradores, del Hospital Infantil de Cincinnati y la Universidad de Cincinnati en Estados unidos, reunieron información sobre 544.133 niños de 5 años de edad o más jóvenes que habían ingresado en urgencias por envenenamiento farmacéutico. Los datos se obtuvieron de los casos reportados a la Asociación Americana de Centros de Control de Envenenamientos entre 2001 y 2008. En un intento de encontrar un enfoque para el desarrollo de los métodos de prevención de envenenamientos, los autores organizaron los datos según el tipo de medicamento y registraron si la exposición se debió a que el niño ingirió el producto o a un error de dosificación.
"Tenemos que conocer el tipo de medicamento y las circunstancias de ingestión que más contribuyen a las visitas de urgencia y la hospitalización", explica el doctor Bond. Los autores encontraron que el 95% de las visitas fueron resultado de una autoingestión.
Los medicamentos con receta representaron el 55% de las visitas a urgencias, el 76% de los ingresos hospitalarios y el 71% de las lesiones importantes. El mayor impacto provino de los medicamentos opioides para el dolor (que contienen, por ejemplo, oxicodona, morfina o codeína), sedantes hipnóticos (por ejemplo, los relajantes musculares y las pastillas para dormir) y los medicamentos cardiovasculares.
Los autores atribuyen estos índices a que los niños tienen más acceso a los medicamentos. "Los esfuerzos de prevención de los padres y cuidadores para almacenar los medicamentos en armarios cerrados con llave y lejos de los niños siguen siendo cruciales", apunta Bond. Aun así, lo que evita que haya más casos es, según este experto, la aplicación en el diseño de envases de restrictores de flujo y dosificadores de píldoras.