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El pembrolizumab refuerza el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello

Eurekalert · 02 marzo 2022

Un ensayo clínico realizado por investigadores de la Universidad de Cincinnati (Estados Unidos) que añadió pembrolizumab a los regímenes de tratamiento habituales ha demostrado un aumento de las tasas de supervivencia de los pacientes con cáncer de cabeza y cuello con características de riesgo intermedio.

Trisha Wise-Draper dirigió el ensayo y es la autora principal de un artículo en el que se detallan sus resultados, publicado en Clinical Cancer Research. Explica que el ensayo se centró en añadir pembrolizumab a los tratamientos habituales Este anticuerpo monoclonal se emplea como inmunoterapia contra distintos tipos de tumores, incluidos los de cabeza y cuello. El fármaco se dirige a un par de receptores que normalmente actúan para desactivar el sistema inmunitario humano.

El ensayo pretendía averiguar si el fármaco funcionaría como tratamiento inicial evitaría la reaparición del cáncer. Según Wise-Draper, los pacientes con cáncer de cabeza y cuello suelen experimentar recidivas en un 30-50 por ciento de los casos.

"Así que, en lugar de esperar a que vuelvan, ¿podríamos intentar evitar que vuelvan? Si el cáncer reaparecía, era mucho más difícil de curar la segunda vez y había muchos fracasos en ese grupo –comenta-. Así que nos preguntamos si podíamos añadir esta inmunoterapia, el pembrolizumab, y disminuir ese riesgo de reaparición del cáncer".

El ensayo también se diseñó para examinar por qué algunos pacientes responden al pembrolizumab y otros no. Para lograr este objetivo, se recogieron muestras de tejido y sangre antes y después de administrar el fármaco para analizar qué factores que contribuyen a que los pacientes respondan al tratamiento.

A los pacientes reclutados se les administró una dosis del fármaco antes de la cirugía, se evaluó su riesgo y se les agrupó en grupos de riesgo intermedio y alto después de la cirugía. Se considera que un paciente es de alto riesgo si aún queda parte del tumor tras la cirugía o no está contenido en un ganglio linfático.

Todos los pacientes siguieron recibiendo el tratamiento habitual (solo radioterapia para los de riesgo intermedio o radioterapia y quimioterapia para los de riesgo alto), y también se administraron seis dosis más de pembrolizumab después de la cirugía.

Según Wise-Draper, el fármaco hizo que los tumores empezaran a desaparecer antes de la cirugía en casi el 50 por ciento de los pacientes, una tasa mejor que la encontrada cuando el fármaco se administró para el cáncer de cabeza y cuello metastásico o recurrente.

"Pudimos ver que muchos de estos tumores estaban muriendo incluso después de esa primera dosis de pembrolizuma –comenta-. Eso fue bastante emocionante, porque fue más alto de lo que esperábamos".

Menos del 70 por ciento de los pacientes del grupo intermedio que fueron tratados solo con radioterapia tras la cirugía solían estar libres de enfermedad un año después del tratamiento, pero más del 95 por ciento de los pacientes del ensayo informaron de supervivencia libre de enfermedad a un año cuando fueron tratados tanto con radioterapia como con pembrolizumab.

"Tuvimos una enorme mejora en eso. Comprobamos que el pembrolizumab estaba definitivamente aumentando su probabilidad de supervivencia, al menos en comparación con los controles históricos", señala la investigadora.

En el grupo de pacientes en el que el fármaco comenzó a suprimir el tumor antes de la cirugía, la supervivencia libre de enfermedad a un año fue del 100 por cien.

"Fue un factor de predicción realmente fuerte de los pacientes que van a hacer este tratamiento -añade Wise-Draper-. Esperamos que esto nos ayude a diseñar ensayos para entender mejor quién va a responder y quién no".

Un predictor fiable de los pacientes a los que probablemente les irá bien el tratamiento también ayudará a determinar cómo se pueden ajustar los tratamientos para los pacientes que reciben cirugía, pembrolizumab, quimioterapia y radioterapia y no responden bien al tratamiento.

"Ahí es donde realmente se dirige ahora la investigación, tratando de entender cuáles son esos biomarcadores entre los que responden y los que no responden y cómo podemos desarrollar nuevas y mejores terapias dirigidas -concluye Wise-Draper-. Tenemos un par de marcadores identificados que nos ayudarán a seguir adelante, pero todavía estamos investigando mucho en esa área".

Referencia: Clin Cancer Res. 2022. OF1–OF8. https://doi.org/10.1158/1078-0432.CCR-21-3351

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