REUMATOLOGÍA
JANO.es · 10 noviembre 2010
El trabajo pretendía responder a las dudas sobre la seguridad de estos medicamentos.
El uso de terapias biológicas para combatir la artritis reumatoide no conlleva un aumento de riesgo de desarrollar tumores, según ha demostrado un grupo de reumatólogos españoles a partir de un metaanálisis, cuyos resultados se han presentado en el Congreso Anual del American College of Rheumatology (ACR), celebrado en Atlanta, Estados Unidos.
Dicho estudio trataba de responder a las dudas sobre la seguridad de estos medicamentos que, como otros fármacos que actúan sobre el sistema inmune, pueden tener entre sus efectos adversos la formación de tumores. Para ello, analizaron diferentes ensayos clínicos en los que se utilizaron abatacept, adalimumab, anakinra, certolizumab, etanercept, golimumab, infliximab, rituximab y/o tocilizumab como tratamientos para la artritis.
De este modo, y según explica Juan Antonio Martínez López, de la Unidad de Investigación de la Sociedad Española de Reumatología (SER), las conclusiones han determinado que "no hay evidencia de que las terapias biológicas empleadas para tratar la artritis reumatoide aumenten el riesgo de padecer tumores". Pese a todo, añade, "sería necesario realizar estudios a más largo plazo, además de continuar con la vigilancia post-comercialización".
Mejora en el control de la enfermedad
En la actualidad, las terapias biológicas están indicadas en pacientes con artritis reumatoide activa, temprana y establecida, de intensidad moderada a severa, que han fallado a otros tratamientos.
Para el doctor Martínez López, "estos tratamientos aportan a los pacientes una mejora en el control de la enfermedad y de su calidad de vida". Sin embargo, los expertos echan de menos otro tipo de información sobre estos fármacos en su práctica diaria, de ahí que sea importante conocer el coste de estos fármacos a corto y a largo plazo", matiza el especialista.
Respecto al futuro de las terapias biológicas, concluye que "la oferta aumentará", lo que permitirá tener más variedad en el momento de decidir el mejor fármaco para tratar a los pacientes con artritis reumatoide. "Disponer de distintos mecanismos de acción, posologías y vías de administración, nos permitirá seleccionar el tratamiento más adecuado para el paciente", ha añadido.