HIPERTENSIÓN
JANO.es y agencias · 13 enero 2009
Un estudio francés muestra que en personas de edad avanzada, las cifras tensionales son más elevadas durante los meses más fríos
Las personas de edad avanzada presentan tasas más altas de hipertensión en los meses más fríos del año, según un estudio del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica en París (Francia). Sus resultados, que se publican en "Archives of Internal Medicine", indican que la temperatura exterior y la presión arterial parecen estar asociadas en las personas mayores.
La existencia de variaciones estacionales en la presión arterial se conoce desde hace varias décadas. Sin embargo se han realizado pocos estudios en este sentido en las personas de más edad.
Los científicos, dirigidos por Annick Alpérovitch, examinaron la relación entre la presión arterial y la temperatura en 8.801 individuos de más de 65 años. Todos formaban parte de un estudio realizado en habitantes de tres áreas metropolitanas francesas. Se registró la presión arterial de los participantes al inicio del estudio, en 1999, y de nuevo dos años después. También se solicitó a las oficinas meteorológicas locales el registro de las temperaturas externas de los días en que se tomaron las medidas de tensión a los participantes.
Tanto las medidas de presión arterial sistólica como diastólica diferían en las cuatro estaciones y en las distintas condiciones de temperaturas externas. La presión sistólica era 5 mm Hg más alta en invierno que en verano. La hipertensión, definida como una presión sistólica de 160 mm Hg o más o una presión diastólica de 95 mm Hg o más, se detectó en el 33,4% de los participantes durante el invierno y en el 23,8% durante el verano.
De media, la presión arterial individual disminuyó entre las medidas iniciales y las de seguimiento. Esta disminución estuvo muy asociada a la temperatura externa. Según los investigadores, cuanto mayor era la temperatura en el seguimiento en comparación con la medida inicial, mayor era la disminución en la presión arterial. Las diferencias, además, fueron más acusadas con el paso del tiempo en las personas mayores de 80 años.
Los autores señalan que no pueden explicar esta asociación entre presión arterial y la temperatura. Sugieren que el sistema nervioso simpático, que controla aspectos como la respuesta al estrés, se activa y libera la hormona catecolamina ante las temperaturas frías, lo que podría aumentar la presión arterial al acelerar la frecuencia cardíaca y disminuir la sensibilidad de los vasos sanguíneos.
Los resultados podrían explicar las variaciones estacionales en enfermedad y mortalidad por ictus, ruptura de aneurismas y otros trastornos vasculares. Según los autores, debido a los mayores riesgos de ictus o de ruptura de un aneurisma a estas edades, se debería tener en cuenta en los días más fríos un seguimiento más estricto de la presión arterial y de la medicación antihipertensiva.