GINECOLOGÍA
La detección precoz del cáncer de ovario está cada vez más cerca
JANO.es · 09 junio 2010
Un modelo matemático detecta con precisión el cáncer de ovario de etapa inicial en mujeres con un riesgo medio de desarrollar la enfermedad.
Una reciente investigación, del University of Texas M.D. Anderson Cancer Center, Estados Unidos, sugiere que un nuevo método escalonado detecta con precisión el cáncer de ovario de etapa inicial en mujeres de edad avanzada que tienen un riesgo medio para esta enfermedad.
El Risk of Ovarian Cancer Algorithm (ROCA), que usa un modelo matemático, se ha diseñado específicamente para las mujeres posmenopáusicas con un riesgo medio de la enfermedad. Los hallazgos se han presentado en la reunión anual de la American Society of Clinical Oncology (ASCO), de Chicago.
"Este algoritmo ROCA representa otro ejemplo más de la medicina personalizada. Esto está personalizado hacia una estrategia de evaluación de un cáncer grave", explicó el doctor Douglas W. Blayney, presidente de la ASCO. Sin embargo, los expertos están esperando los resultados de un ensayo mucho más grande que debería salir en 2015 antes de recomendar este modelo como procedimiento rutinario.
"Esto no va a cambiar la práctica en este momento" aseguró la doctora Karen Lu, autora principal del estudio y profesora de oncología ginecológica del University of Texas M.D. Anderson Cancer Center.
"El cáncer de ovario es el cáncer ginecológico más grave y la cuarta causa principal de muerte por cáncer en las mujeres", aseguró la profesora Lu. "Más del 75% de los casos se presentan con enfermedad en etapa avanzada, cuando el índice de curación es inferior a un 35%. No hay una buena prueba exploratoria efectiva en este momento". Medir los niveles de una proteína de la sangre conocida como CA-125 puede ayudar a detectar el cáncer de ovario, pero el marcador está lejos de ser perfecto.
En este estudio participaron más de 3.200 mujeres posmenopáusicas entre 50 y 74 que no habían sufrido cáncer de ovario y que no tenían antecedentes familiares significativos de cáncer de ovario o de mama. Las mujeres comenzaron recibiendo una prueba de sangre CA-125 cada año. Si la prueba indicaba bajo riesgo, las mujeres podían esperar otro año antes de la prueba siguiente. Si los niveles estaban elevados, se las ponían en la categoría de riesgo intermedio. Sin embargo, se programaba una prueba de seguimiento tres meses después. Si esa prueba también era elevada, se consideraba que las mujeres estaban en riesgo elevado y se sometían a sonografía transvaginal (STV) o ultrasonido y se remitían a un oncólogo ginecológico, que decidía si la cirugía era necesaria.
Durante los nueve años del ensayo, el 6,8% de las voluntarias se pasaron al grupo de prueba con CA-125 durante tres meses, mientras que apenas el 1% se remitió a STV y a un oncólogo. En total, ocho de las más de 3.200 mujeres se sometieron a la cirugía recomendada. Tres de ellas tenían cáncer de etapa inicial (las tres se habían sometido a tres años de pruebas con CA-125 antes de pasar al siguiente grupo); dos tenían tumores de ovario "en el límite"; y las otras tres tenían tumores ováricos benignos.
La especificidad del método ROCA fue de 99,7%, lo que significa que virtualmente no hubo falsos positivos. Ninguna de las mujeres que tenía cáncer de ovario dejó de ser detectada por la prueba, aseguró la profesora Lu.
Si los resultados del ensayo ROCA de mayor tamaño, que se realiza actualmente en Gran Bretaña, son estimulantes, el método podría llegar al consultorio de los médicos en un futuro no muy lejano, como "parte de los exámenes de salud de rutina para mujeres posmenopáusicas", aseguró el doctor Blayney.