VACUNAS
Yolanda Barba. Annecy · 21 abril 2009
Expertos en inmunología coinciden en apuntar a dos casos coincidentes de síndrome de conversión o pseudo-epilepsia
La vacuna contra la vacuna del papiloma virus humano (VPH) no es responsable de la enfermedad padecida por las dos menores valencianas, de acuerdo con lo manifestado en el día de hoy por los expertos europeos en el encuentro ‘Seguridad en vacunación: evaluación, información y percepción’, organizado por la Fundación Mérieux en Annecy (Francia) en el marco de la Semana de Inmunidad Europea.
En este contexto, los expertos han coincido en señalar que ambos casos fueron eventos “coincidentes” en el tiempo y que no tuvieron relación entre sí, pero que la demora en el diagnóstico acertado generó especulaciones. Por ello, han defendido su aplicación.
En palabras de la Dra. Claire-Anne Siegrist, presidenta del Centro Neonatal de Vacunación en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “se trató de una coincidencia en la misma ciudad, en dos niñas vecinas, tras la misma vacuna, pero no causada por ella".
Concretamente, los investigadores han coincidido en señalar que “no es posible” que la vacuna haya causado, en menos de media hora, alteraciones en el sistema nervioso de las niñas y que, al menos en uno de los casos, no se trató de convulsiones sino de un ‘síndrome de conversión’ o ‘pseudo-epilepsia’.
En la misma línea, el Dr. Javier Díez-Domingo, jefe del Área de Investigación en Vacunas del Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP) de Valencia, ha explicado que la manifestación del ‘síndrome de conversión’ es, por sus características, “difícil de diagnosticar”, razón por la que se explica la demora de las conclusiones. Sin embargo, ha recordado que se harán públicas en los próximos días, cuando serán dadas a conocer por el comité de expertos que analiza los casos en Valencia.
Desencadenante de la ansiedad, que no causa
Así, el Dr. Díez-Domingo ha explicado que la vacuna “puede haber actuado como desencadenante” por efecto de ansiedad, pero no como causa, subrayando que un síndrome es “un cuadro clínico cuyo origen es un estado de ansiedad”. De la misma manera, otros especialistas europeos han coincidido en que la inmediatez de la reacción de las niñas a la dosis no fue “orgánica”, sino que pudo ser “sincopal”.
Por ello, y en relación con la controversia pública por el plazo de cobertura de la vacuna contra el VPH, el médico español ha indicado que la cobertura es de “al menos de seis años”, resaltando que “el que no o se sepa cómo funcionará después de ese lapso no significa que no funcione, sino que no se sabe aún. En el peor de los casos, sólo puede ocurrir que sea necesaria otra dosis”. A ello se añade, como añadió el Dr. Díez-Domingo, “que dicha vacuna tenga efectos secundarios adversos tras varios años de ser aplicada. Incluso, en el cuerpo no queda la vacuna, sino la memoria inmunológica”.
En cuanto a la relación costo-beneficio, indicó que “hay que hacer el balance considerando los beneficios de la aplicación en la población. Y las vacunas son los medicamentos más seguros, aunque se les pide más seguridad que a otros porque se adjudican a gente sana”.
Finalmente, en relación con el calendario de vacunación español que aplica cada comunidad autónoma, el Dr. Javier Díez-Domingo considera que la “desarmonización” tiene como principal consecuencia la “desigualdad en salud”.