SALUD PÚBLICA
JANO.es · 29 mayo 2009
Cuanto más baja es la situación económica de las personas y las sociedades donde se desarrollan, peor es el estado de salud
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha detectado importantes diferencias en la esperanza de vida de los ciudadanos en función de los recursos sociosanitarios de que disponen en cada país, observando una supervivencia de más de 30 años de diferencia entre países desarrollados y en vías de desarrollo. Concretamente, y según los resultados del informe presentado en Madrid, la esperanza de vida en los países al nacer oscila entre los más de 80 años en países como España o Japón hasta los menos de 50 años de media en algunos países africanos.
No obstante, explicó el presidente de la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS, Michael Marmot, estas diferencias se pueden observar incluso dentro de un mismo país o ciudad, ya que en Glasgow (Escocia) han detectado barrios con una esperanza de vida de más de 80 años mientras que en otros no se llega a los 50.
En definitiva, el informe refleja que cuanto más baja es la situación económica de las personas y las sociedades donde se desarrollan, peor es el estado de salud.
El mismo efecto tiene la situación económica de los ciudadanos y, de hecho hay estudios que evidencian que la actual crisis económica va a favorecer que las generaciones futuras tengan más riesgo de padecer enfermedades mentales, provocado por el hecho de que uno o sus dos progenitores se encuentren actualmente sin trabajo. Por el contrario, como apuntó Marmot, “los hijos cuyos padres tengan un empleo estable tendrán menos riesgo de sufrir una enfermedad mental que el resto”.
El informe subraya también que, aunque en 2007 y por primera vez la mayoría de los habitantes del planeta vivía en un entorno urbano, casi mil millones de personas lo hacían en barrios de chabolas. Asimismo, las condiciones laborales también son un elemento claro de inequidad en las distintas zonas geográficas del mundo. Por ello, el documento recalca la importancia de introducir la perspectiva de la salud pública en todas las políticas como medio para reforzar el desarrollo.
Para lograr este objetivo y acabar con las desigualdades, la OMS recalca la necesidad de llevar a cabo un esfuerzo de coordinación en todos los niveles de actuación entre los gobiernos nacionales, los organismos de Naciones Unidas, las instituciones de investigación y la sociedad civil. Así, insiste en mejorar las condiciones de vida (búsqueda de la equidad, creación de entornos salubres, atención a la salud universal, protección social y trabajo digno); luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos; y medir la magnitud del problema, analizarlo y evaluar los efectos de las intervenciones.
España, por la equidad
En este contexto, la titular de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, ha asegurado que el Gobierno tiene previsto “abordar e introducir los conceptos de salud y equidad en todas sus políticas como en su momento se hizo con la cuestión de género”.
Según sus palabras, “hay factores que inciden en la salud que van más allá de las políticas de sanidad clásicas, por lo que se debe tener en cuenta el concepto de salud como algo más amplio para que se incida en una mayor y mejor calidad de vida”.
Por ello, Jiménez anunció que están estudiando “determinados factores que influyen en la salud de los individuos desde el nacimiento, como el entorno social o sus recursos a la hora de acceder a determinadas prestaciones, o la educación”.