ENDOCRINOLOGÍA
La obesidad puede aumentar el riesgo de enfermedad renal terminal en mujeres con diabetes tipo 2
Eurekalert · 23 febrero 2022
Investigadores chinos consideran que controlar la presión arterial y la glucemia puede no ser suficiente para ralentizar la progresión hacia la nefropatía terminal.
La obesidad puede afectar negativamente a la función de los riñones en personas con diabetes tipo 2, especialmente en mujeres, según un nuevo estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
La nefropatía diabética está causada por la hipertensión arterial y la hiperglucemia. Aproximadamente uno de cada tres adultos con diabetes desarrolla enfermedad renal crónica. Esta patología progresa con el tiempo hasta convertirse en una enfermedad renal terminal.
"Nuestra investigación pone de manifiesto cómo la obesidad contribuye a la incidencia y la progresión de la nefropatía diabética en personas con diabetes tipo 2, especialmente en el caso de las mujeres", afirma Zhi-Hong Liu, del Hospital Jinling y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nanjing (China).
Por ello, advierte de que "controlar la presión arterial y la glucemia puede no ser suficiente para ralentizar la progresión hacia la enfermedad renal terminal, y nuestro estudio demuestra lo importante que es que las personas con diabetes controlen también su peso".
Los investigadores analizaron los datos del índice de masa corporal (IMC) de 158.284 adultos de Asia oriental procedentes del Proyecto BioBank Japón. Las pruebas genéticas mostraron que los niveles de índice de masa corporal más elevados se asociaban a un mayor riesgo de enfermedad renal diabética y a una disminución de los niveles de la tasa de filtración renal en 3.972 personas con diabetes de tipo 2.
El IMC no se asoció de forma causal con el aumento de los niveles de proteínas en la orina. Las mujeres con obesidad y diabetes de tipo 2 presentaban un mayor riesgo de enfermedad renal diabética que los hombres.
"Las personas con diabetes y obesidad deberían someterse a revisiones renales más a menudo, ya que corren un alto riesgo, y aunque la enfermedad renal crónica no tiene cura, la detección precoz y el tratamiento de la obesidad podrían ralentizar la progresión hacia la enfermedad renal terminal", recomienda Liu.
Referencia: J Clin Endocrinol Metab. 2022;dgac057. doi:10.1210/clinem/dgac057