EPIDEMIOLOGÍA
Las temperaturas extremas de frío y calor estuvieron relacionadas con 1,7 millones de muertes en 2019
The Lancet · 23 agosto 2021
Un nuevo estudio de la Carga Global de Enfermedades cifra en más de 356.000 los fallecimientos atribuibles al calor y en más de 1,3 millones los atribuibles al frío.
Hasta un total de 1,7 millones de muertes en 2019 estuvieron relacionadas con temperaturas extremas (356.000 por calor y 1,3 millones por frío), según el nuevo estudio de la Carga Global de Enfermedades, publicado en The Lancet.
El calor extremo es un fenómeno cada vez más frecuente en todo el mundo y se prevé que las muertes y enfermedades relacionadas también aumenten. Por ello, los autores de una nueva serie de dos artículos sobre el calor y la salud en The Lancet recomiendan que se realicen esfuerzos a escala mundial "de forma inmediata y urgente" para mitigar el cambio climático y aumentar la resiliencia al calor extremo con el fin de limitar el calentamiento adicional, evitar un calor extremo permanente y considerable en todo el mundo, y salvar vidas protegiendo a las personas más vulnerables.
Según el nuevo estudio, se espera que esa cifra de más de 356.000 muertes en 2019 se incremente a medida que aumenten las temperaturas en todo el planeta. Sin embargo, muchas de las muertes relacionadas con el calor "se pueden prevenir mitigando el cambio climático y reduciendo la exposición al calor extremo".
Cuando se expone a un estrés térmico extremo, la capacidad del cuerpo para regular su temperatura interna puede verse desbordada, provocando un golpe de calor. Además, las respuestas fisiológicas de termorregulación que se ponen en marcha para proteger la temperatura corporal inducen otros tipos de tensión fisiológica y pueden provocar eventos cardiorrespiratorios.
Los efectos del calor extremo también se asocian a un aumento de las hospitalizaciones y las visitas a urgencias, a un incremento de las muertes por enfermedades cardiorrespiratorias y de otro tipo, a problemas de salud mental, a resultados adversos en el embarazo y el parto, y a un aumento de los costes sanitarios. Las personas mayores y otras personas vulnerables que pueden ser menos capaces de cuidarse a sí mismas en caso de calor extremo (por ejemplo, personas aisladas en casa, personas con poca movilidad) también son más propensas a experimentar los efectos del calor extremo sobre la salud.
Por último, argumentan que el calentamiento de las temperaturas está agravando otros problemas medioambientales, como las concentraciones adversas de ozono a nivel del suelo, los incendios forestales y el rápido crecimiento de la población urbana.
"Los días extremadamente calurosos u olas de calor que se experimentaban aproximadamente cada 20 años se ven ahora con más frecuencia y podrían incluso ocurrir todos los años a finales de este siglo si las actuales emisiones de gases de efecto invernadero continúan sin disminuir. Este aumento de las temperaturas, combinado con una población más numerosa y envejecida, significa que un número aún mayor de personas correrá el riesgo de sufrir los efectos del calor sobre la salud", afirman los autores.
Tal como han mostrado en estudios anteriores, tanto las altas como las bajas temperaturas provocan un aumento de las muertes y la mala salud. Además de las 356.000 muertes estimadas por el calor en el nuevo estudio de la Carga Global de Enfermedades, los investigadores también estiman que 1,3 millones de muertes estuvieron relacionadas con el frío en 2019.
El estudio relaciona las muertes con la temperatura no óptima con 17 causas específicas de enfermedad, y destaca la relevancia de la mortalidad cardiorrespiratoria y metabólica, así como las causas externas de muerte como la violencia interpersonal, las autolesiones, los ahogamientos y las lesiones.
En la mayoría de los lugares, las temperaturas frías se relacionaron con más muertes que el calor, con un aumento del 31 por ciento en las muertes relacionadas con el frío desde 1990. En cambio, las muertes atribuibles al calor durante el periodo de estudio aumentaron un 74 por ciento, lo que sugiere un aumento de la mortalidad por calor extremo, especialmente en las regiones más cálidas del mundo.
Los autores señalan que el estudio se basa en datos de mortalidad de nueve países y que las estimaciones globales pueden subestimar el impacto de las temperaturas extremas en lugares con mayor sensibilidad a la temperatura, y sobrestimarlas en lugares con menor sensibilidad a la misma. Además, no se disponía de datos de mortalidad por causas específicas para Europa o el sur y sureste de Asia, y sólo se incluía un país del África subsahariana.
Referencia: Lancet. 2021;398(10301):685-697. doi:10.1016/S0140-6736(21)01700-1