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La 31ª Reunión Anual de la Asociación Americana para la Investigación Ósea y Mineral (ASBMR) concluirá en el día de hoy en la ciudad de Denver (Estados Unidos) sin la presentación, en opinión de los expertos, de novedades ciertamente significativas. En palabras del Prof. Manuel Díaz Curiel, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas del Hueso (FHOEMO), “continuamos en la vía de los estudios genéticos y moleculares de la fisiopatología del hueso y, si bien hay nuevos datos destacables en el apartado meramente clínico, no ha habido muchas novedades importantes”.

 

En este contexto, y dada la categoría de la reunión, la más prestigiosa del mundo en el metabolismo del hueso, cabía sin embargo destacar, como ha apuntado el Prof. Adolfo Díez-Pérez, director del Departamento de Medicina Interna del Hospital del Mar de Barcelona, “la mayor presencia de los clínicos españoles, con mayor peso cada año gracias a la calidad de nuestros trabajos, cada vez más numerosos”. A nivel general, la presente edición del congreso ha contado con la asistencia de más de 3.500 especialistas de todo el mundo y la presentación de más de 300 conferencias y 1.300 pósters.

 

 

Por lo que respecta a la investigación básica, los especialistas destacan las nuevas evidencias sobre el papel de los osteocitos en el remodelado óseo, así como los nuevos conocimientos sobre las distintas vías moleculares –fundamentalmente las vías Wnt y RANKL– que intervienen en el remodelado óseo.

 

Las novedades más destacables, sin embargo, corresponden al apartado clínico, en el que además de los avances en las herramientas de predicción del riesgo de fractura a partir de los distintos factores de riesgo –fundamentalmente la escala FRAX^®, “una herramienta útil, pero menos de lo que inicialmente se esperaba y ni mucho menos definitiva”, según indica el Prof. Díaz Curiel–, deben resaltarse las últimas evidencias alcanzadas con denosumab, “que han venido a constatar su eficacia a la hora de revertir el mecanismo de la osteoporosis”, como explica el Prof. Díaz-Pérez. Es más; según el Prof. Díaz Curiel, “se trata del fármaco que tiene mayor proyección, y no sólo en relación con el hueso, sino también con la oncología y la cardiología”.

 

A estos nuevos hallazgos deben sumarse, además, los alcanzados con los nuevos fármacos en fases precoces de desarrollo, caso principalmente de los anticuerpos monoclonales frente a la esclerostina y de las moléculas anti-DDK1; los últimos resultados que avalan la seguridad –con la salvedad de los problemas gastrointestinales y de la osteonecrosis de la mandíbula en pacientes oncológicos– de los bifosfonatos a largo plazo; y la constatación de la no relación entre la teriparatida y la aparición de osteosarcoma.

 

 

Por último, y por lo que hace referencia a los pacientes, los mensajes son claramente positivos. Como apunta el Prof. Díaz-Pérez, “se confirma que tenemos más y mejores tratamientos, que cada vez hay más datos para saber, a raíz de los análisis de riesgo/beneficio, cuándo compensa administrar una terapia, y que los fármacos son cada vez más cómodos y más seguros. Por tanto, no hay que dejar sin tratamiento a los pacientes que lo necesitan”.

 

En definitiva, y a partir de los datos de la Encuesta OsteoLink presentados por la Fundación Internacional para la Osteoporosis (IOF), como concluye el Prof. Díez Curiel, “el objetivo debe ser, desde un punto de vista práctico, mejorar la cumplimentación terapéutica. De nada sirve contar con buenos fármacos si los pacientes no los toman”.