ONCOLOGÍA
JANO.es · 25 agosto 2010
Un doble tratamiento con quimioterapia y una terapia dirigida consigue mayor reducción del tamaño del tumor y evita la recidiva con más eficacia que cada tratamiento por separado.
Investigadores de la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos, han conseguido reducir la recurrencia del glioblastoma multiforme, el tumor cerebral más común y agresivo, gracias a un doble tratamiento con quimioterapia y una terapia dirigida, según publica en su último número la revista Cancer Research.
Por el momento, esta combinación -que incluye temozolomida y un inhibidor de la proteína Notch- ha sido probada con éxito en células tumorales en cultivo y ratones, aunque los resultados son esperanzadores ya que, como reconoce el autor de este hallazgo, Alonzo Ross, "se necesitan nuevos tratamientos de forma desesperada" para este tumor.
La temozolomida es un agente quimioterápico, comercializado por Schering-Plough como Temodar, que consigue prolongar la vida de estos pacientes, cifrada en unos dos años. De este modo, la tasa de supervivencia aumenta en aproximadamente un 10% cuando se utiliza en monoterapia y hasta en un 25% cuando se combina con radioterapia.
Además, y tras comprobar que la vía de señalización Notch aparece sobrexpresada en el tejido y las células de estos tumores, Ross y su equipo inhibieron esta proteína en los ratones y los cultivos celulares utilizados para ver si se conseguía reducir la recurrencia del tumor.
Resultados esperanzadores
En ambos modelos, los investigadores observaron que esta combinación terapéutica reducía mucho más el tamaño del tumor y evitaba la recidiva con más eficacia que cada tratamiento por separado, lo que abre un futuro "prometedor" para combatir un tumor "extremadamente difícil", advierte Ross.
A pesar del tratamiento con cirugía, radioterapia y quimioterapia, las tasas de supervivencia de los pacientes con glioblastoma son muy bajas, debido en parte a que algunas células son muy resistentes a estas terapias y favorecen su reaparición.
De hecho, como explica Ross, "aunque en la mayoría de casos se consigue disminuir sustancialmente la masa tumoral, ésta vuelve para vengarse, aún más resistente y difícil de tratar", de ahí que su objetivo sea llevar cuanto antes a la clínica los hallazgos obtenidos en el laboratorio.