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La disfunción de los pericitos provoca los déficits neurovasculares en el glaucoma

PNAS · 18 febrero 2022

La reducción del flujo sanguíneo y el deterioro del acoplamiento neurovascular son características bien conocidas del glaucoma, principal causa de ceguera no curable, que afecta a unos 80 millones de personas en todo el mundo.

Una nueva investigación a cargo del equipo dirigido por Adriana Di Polo, de la Universidad de Montreal (Canadá), revela ahora los mecanismos que subyacen a estas anomalías. El estudio se ha publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los hallazgos de Luis Alarcón-Martínez y Yukihiro Shiga, investigadores en el laboratorio de Di Polo y primeros coautores del estudio, muestran que los nanotubos que conectan los pericitos están dañados en el glaucoma, lo que provoca déficits neurovasculares.

Los pericitos son células que tienen la capacidad de controlar la cantidad de sangre que pasa por un solo capilar simplemente apretando y soltando.

En los animales vivos, al igual que en los humanos, la retina utiliza el oxígeno y los nutrientes contenidos en la sangre para funcionar correctamente. Este intercambio vital tiene lugar a través de los capilares.

"En nuestro estudio, utilizamos imágenes en vivo de la retina de ratones y descubrimos una reducción significativa del diámetro de los capilares y del suministro de sangre en las ubicaciones de los pericitos en los ojos con alta presión intraocular, el principal factor de riesgo para desarrollar glaucoma", explica Di Polo.

"Demostramos que la disfunción de los pericitos deteriora el suministro de sangre –continúa- y provoca la muerte de las células ganglionares de la retina, las neuronas que conectan la retina con el cerebro, lo que en última instancia conduce a la pérdida de visión".

"Un hallazgo clave es que los nanotubos de tunelización entre pericitos, finos nanotubos utilizados por los pericitos para comunicarse entre sí, también estaban dañados en los ojos hipertensos y contribuían a la disfunción neurovascular en el glaucoma", añade Alarcón-Martínez.

La entrada de calcio en los pericitos regula su capacidad para contraer los capilares y controlar el flujo sanguíneo. En el glaucoma, la entrada de calcio en estas células es excesiva, lo que provoca una disminución del riego sanguíneo.

"Demostramos que una vez que se restablece el equilibrio del calcio dentro de los pericitos, se pueden recuperar las funciones vasculares y neuronales en el glaucoma -apunta Shiga-. Esta estrategia también evitó la muerte de las células ganglionares de la retina, por lo que es una importante prueba de concepto preclínica".

Este estudio, según los investigadores, allana el camino para el desarrollo de enfoques terapéuticos que se dirijan selectivamente a los pericitos y al equilibrio del calcio para restaurar la salud neurovascular en el glaucoma y, potencialmente, en otros trastornos neurodegenerativos con componentes vasculares, como la enfermedad de Alzheimer.

Referencia: Proc Natl Acad Sci U S A. 2022;119(7):e2110329119. doi:10.1073/pnas.2110329119

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