INMUNOLOGÍA
Los anticuerpos generados tras la infección natural por el SARS-CoV-2 se mantienen más allá de 12 meses
HM Hospitales · 28 junio 2021
Los factores asociados a un perfil de anticuerpos estable y a una mayor duración de los anticuerpos son la edad avanzada, los títulos iniciales más altos de anticuerpos y una alta exposición a la COVID-19.
Los anticuerpos IgG generados tras la infección natural por el coronavirus SARS-CoV-2 se mantienen más allá de 12 meses, según muestra un estudio de seropersistencia realizado a 306 sanitarios de HM Hospitales contagiados por dicho virus, coordinado por la Fundación de Investigación HM Hospitales y la colaboración del Departamento de Seguridad Laboral y el Servicio de Laboratorio de HM Hospitales.
El estudio, publicado en el European Journal of Internal Medicine, es el primero que mide la evolución de la cinética de los anticuerpos desarrollados ante el SARS-CoV-2 entre profesionales sanitarios, con una media de edad de 44,7 años y en el que el 69,9 por ciento son mujeres. En el mismo se cifra que el tiempo medio estimado en que se mantiene la protección tras un contagio natural está en 375 días después de la detección inicial de los anticuerpos.
Según el investigador principal, José F. Varona, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario HM Montepríncipe, "los hallazgos del presente estudio en trabajadores sanitarios pueden extrapolarse a la población general y proporcionan datos muy valiosos en el manejo de la pandemia de COVID-19: los anticuerpos generados por infección natural tienen una duración media estimada de al menos 12 meses".
Este estudio, en el que periodo de observación de los trabajadores implicados ha sido de 10 meses, revela que el 76,8 por ciento de los sanitarios estudiados mantuvieron niveles de seropositividad más allá de 9 meses después de infectarse, pero con una reducción progresiva de los títulos de anticuerpos, que disminuyeron en un 82 por ciento, mientras que se mantuvieron estables en un 13,1 por ciento.
"Durante el estudio, que se llevó a cabo con cohortes diferenciadas y estudiadas en distintos periodos desde el inicio de la pandemia, se observaron dos perfiles dinámicos de anticuerpos diferentes: uno, más frecuente, con una disminución progresiva del título de anticuerpos; y otro, menos frecuente, de sujetos que mantuvieron estable el nivel de anticuerpos durante los casi diez meses de seguimiento", señala Varona.
Otro de los aspectos que pone de manifiesto este trabajo es que los factores asociados a un perfil de anticuerpos estable (no descendente) y a una mayor duración de los anticuerpos fueron la edad avanzada, los títulos iniciales de anticuerpos más altos y una alta exposición a la COVID-19, es decir, aquella que padecieron los trabajadores de primera línea que asistieron a pacientes con COVID-19 y que desarrollaron una infección entre grave y moderada.
"Sin duda estos resultados pueden tener implicaciones potenciales en la estrategia de vacunación actual. De hecho, esperamos nuevos resultados de este estudio con un plazo mayor, en concreto, con datos que se extienden hasta el segundo semestre de 2021, y que nos ayudarán a comprender mejor y con más precisión la respuesta inmune a la enfermedad", concluye el investigador.
Referencia: Eur J Intern Med. 2021 May 25:S0953-6205(21)00187-4. doi: 10.1016/j.ejim.2021.05.028