La aparición de metástasis óseas en pacientes con cáncer de mama y próstata, la repercusión de esta condición en la calidad de vida, las principales estrategias dirigidas a preservar la salud ósea en estos pacientes y la necesidad de un diagnóstico eficaz de este tipo de metástasis han sido algunos de los aspectos tratados durante la jornada que la Academia Europea para el Cuidado del Esqueleto (SCA), en colaboración con Amgen, celebró recientemente en Madrid, dentro del marco de su encuentro anual.

 

Durante su intervención, el Dr. Rob Coleman, profesor de Oncología Médica en el Centro Oncológico Yorkshire y especialista en el Hospital de Sheffield, en Inglaterra, hizo un repaso a la situación actual de la incidencia, el diagnóstico y el abordaje de las enfermedades óseas relacionadas con el cáncer. “El hueso es un órgano muy dinámico y está continuamente sometido a un proceso de remodelación llevado a cabo por dos tipos de células: las formadoras de material óseo u osteoblastos y las eliminadoras de este material, los osteoclastos. Del balance fisiológico entre ambos procesos depende la correcta salud ósea”, explicó el Dr. Coleman. Este equilibrio se ve alterado como consecuencia de la acción del cáncer metastásico, entrando el proceso de la destrucción de hueso en un círculo vicioso que resulta difícil de tratar. “Los tratamientos para el cáncer alteran este ciclo de formación del hueso, repercutiendo sobre la masa ósea, lo que supone un problema añadido para estos pacientes”.

 

Según datos de la SCA, tres de cada cuatro pacientes con cáncer de próstata, mama y pulmón desarrollan metástasis que puede producir fracturas y derivar en problemas óseos, y se estima que entre el 50 y el 70% de los pacientes de cáncer con metástasis desarrollarán este tipo de alteraciones. “Los problemas óseos son muy prevalentes, sobre todo en pacientes oncológicos que no han recibido terapia específica ósea, siendo los más frecuentes las fracturas de columna, muñeca y cadera, lo que puede resultar muy doloroso, afectar su movilidad y alterar de forma importante su calidad de vida, además de llevar implícitas otras consecuencias como el coste de los tratamientos o las repercusiones en el ámbito familiar. Teniendo en cuenta que actualmente hay más de un millón de personas que padecen cáncer metastásico en la Unión Europea, es muy importante hacer un esfuerzo por considerar la salud ósea como parte integral del tratamiento del cáncer”, señaló el doctor Coleman.

En cuanto al tratamiento, el experto británico explicó que la pauta es combinar una terapia específica para el hueso (los fármacos que se emplean actualmente son los bifosfonatos) con quimioterapia. “El objetivo es encontrar fármacos cada vez mejores para tratar la metástasis ósea y en este sentido, los inhibidores del ligando RANK y los inhibidores del receptor de la endotelina se presentan como terapias de futuro”.

 

Por su parte, el Prof. Thomas Brodowicz, director del Grupo Europeo de Oncología Cooperativa (CECOG) y profesor asociado de la Universidad Médica de Viena, hizo hincapié en la importancia que tiene la existencia de una adecuada concienciación sobre la importancia de la salud ósea en los enfermos de cáncer. “Asegurar los cuidados óseos adecuados reduce la morbilidad y la mortalidad y controla y previene el dolor en estos pacientes”, señaló el experto.

 

El Prof. Brodowicz presentó los resultados de un estudio en el que intervinieron un total de 153 pacientes de cinco países europeos (Francia, Alemania, España, Italia y Reino Unido), realizado a instancias de la SCA en colaboración con Amgen. El objetivo fundamental de esta investigación fue analizar los efectos de las dolencias óseas y de los problemas de tipo esquelético en la calidad de vida de estos pacientes, afectados de cáncer de mama y próstata y con metástasis ósea, y para ello se abordaron cuestiones relativas al conocimiento que los pacientes tenían acerca de la posibilidad de desarrollar metástasis antes de ser diagnosticados, su experiencia respecto al tratamiento de la metástasis y los problemas óseos relacionados o el impacto de la metástasis ósea en su calidad de vida.

 

Los resultados pusieron de evidencia la necesidad de una mayor información a estos pacientes oncológicos sobre la posibilidad de desarrollar una metástasis ósea. “Casi la mitad de los encuestados (el 49%) respondieron que no se les había prevenido sobre esta posibilidad, y el 60% consideraban que no se les había advertido de este riesgo”, comentó el Prof. Brodowicz.

 

La encuesta revela también que sólo la mitad de los pacientes habían recibido tratamiento para la metástasis y los problemas óseos derivados, y también reflejó la falta de información existente respecto al abordaje de la enfermedad por parte de los pacientes: un 26% reconoció que nunca había hablado con su médico sobre la forma de manejar la metástasis y las complicaciones óseas en su vida diaria.

 

El dolor, la fatiga, los problemas de sueño y las alteraciones en sus actividades diarias fueron las alteraciones más frecuentes cuando se abordó la repercusión de la metástasis ósea en la calidad de vida. En cuanto al estado anímico, la mayoría de los pacientes (89%) confesaban sentir temor y estar deprimidos (un 74%) por el hecho de padecer esta enfermedad y más del 60% reconoció que un mejor tratamiento del dolor con menos efectos secundarios mejoraría de forma sustancial su calidad de vida.

 

“De los resultados de este estudio se pueden extraer varias conclusiones importantes: a muchos pacientes no se les diagnostica la metástasis ósea hasta que presentan un dolor debilitante; el impacto de la metástasis en la calidad de vida de estos pacientes es muy importante; muchos aún no están tratados de los problemas óseos derivados y todavía falta formación por parte de los especialistas para ayudar a los pacientes metastásicos”, dijo Thomas Brodowicz.

 

Otra de las evidencias del estudio sobre la que los dos expertos participantes en la jornada insistieron fue la demanda existente por parte de los pacientes de una medicación efectiva para paliar el dolor. “En este sentido, hay que insistir en la importancia de empezar a administrar los tratamientos de la forma más temprana posible, ya que cuanto antes se trate el dolor, mayor calidad de vida tendrán estos pacientes”, señaló el Prof. Brodowicz.

 

La Academia Europea para el Cuidado del Esqueleto (SCA) es un programa educacional desarrollado para asegurar que los pacientes con problemas óseos asociados al cáncer reciban el estándar de tratamiento más elevado y la mejor atención multidisciplinar, con el objetivo de mejorar su calidad de vida. Para ello, cuenta con un comité de expertos del más alto nivel y trabaja en colaboración con distintas entidades.