MEDICINA FÍSICA Y REHABILITACIÓN
JANO.es · 21 junio 2010
La herramienta evalúa variables como densidad mineral ósea, edad, sexo o fracturas previas.
Unas cuantas preguntas, con sus correspondientes respuestas, y, en unos segundos, el médico puede saber el riesgo que corre su paciente de sufrir una fractura osteoporótica de aquí a diez años. Se trata de la herramienta Frax, que comienza a utilizarse ahora en las consultas para evaluar el riesgo de fractura de un paciente a largo plazo.
“Por primera vez contamos con un instrumento sólido sobre el que trabajar, válido tanto para mujeres como para hombres”, señala la doctora Carmen Valdés, médico de familia en el Centro de Salud Miraflores de Alcobendas (Madrid) y presidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) en su sección de Madrid. La experta participó en el XLVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria entre el 15 y el 18 de junio.
La aplicación informática Frax (Fracture Risk Assessment Tool – Herramienta de evaluación del riesgo de fractura) consiste en un cuestionario en el que se le preguntan al paciente aspectos como edad, peso, estatura, fracturas previas, antecedentes familiares de fractura de cadera, si es fumador o si toma alcohol. La aplicación evalúa, también, variables como la densidad mineral ósea, el índice de masa corporal e incluso factores étnicos. Los resultados se cotejan mediante la herramienta con el consenso de diez bases de datos mundiales, que dan al paciente una previsión de lo que le puede ocurrir durante la próxima década.
Herramienta “poco extendida”
Pese a que fue encomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al doctor John A. Kanis, profesor emérito de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), en 2008, todavía “está poco extendida en España, pero resulta muy eficaz”, admite la doctora Valdés, para quién la osteoporosis está “minusvalorada” en la atención primaria de nuestro país. “Quizá porque es una enfermedad silente está considerada como menor, pero tiene una grandísima prevalencia y es una patología que limita la vida de una manera muy drástica”, asevera Valdés.
La herramienta Frax emite dos porcentajes de probabilidad de fractura en el transcurso de la siguiente década posterior a la prueba: uno para la fractura de cadera y otro para la fractura mayor osteoporótica, que incluye las fracturas de húmero, tercio distal de radio (muñeca), costal y vertebral. Es válida tanto para hombres como para mujeres, pero no está indicada en mujeres premenopáusicas, hombres menores de 50 años y pacientes que ya han comenzado un tratamiento.
Según los resultados obtenidos, los pacientes entran en tratamiento. En el caso de la fractura de cadera, que es la que tiene una mayor morbilidad y es, por tanto, la más peligrosa, se prescribe un tratamiento a partir de un porcentaje del 3%; mientras que para la fractura mayor osteoporótica este porcentaje mínimo se eleva hasta el 20%.
Hasta ahora, la única técnica fiable para conocer la densidad mineral ósea era la densitometría. Los defensores de la herramienta Frax aseguran que, en muchos casos, esta prueba no es necesaria si se cuenta con la aplicación informática. Sin embargo, otros tantos piensan que la Frax sin densitometría no tiene ninguna utilidad práctica. Para la doctora Valdés, “la herramienta Frax es muy útil sobre todo para aquellos médicos de atención primaria que no disponen del equipo necesario para realizar una densitometría, que en España son muchos, aunque los resultados de la Frax son muchísimo más eficaces si van acompañados de los de la prueba de rayos X”.