NEUMOLOGÍA

Uso inadecuado de inhaladores para el asma y la EPOC

JANO.es · 24 octubre 2007

La edad del paciente, la gravedad de la obstrucción de las vías aéreas y el hecho de haber recibido instrucciones de uso influyen en la tasa de errores de empleo

La planta del Altiplano

En América del Sur el consumo de hojas de coca --del arbusto Erythroxylum que crece a más de 500 metros sobre el nivel del mar-- ha sido una práctica común desde la antigüedad. El ritual de "acullicar", mantener en la boca las hojas de coca sin masticar, dista mucho del modo de consumo de la cocaína inhalada en forma de polvo que se contempla en las zonas actuales de consumo, donde la cocaína es una droga cara y reservada a todos aquellos que o bien cuentan con medios para adquirirla o empeñan cualquiera de sus bienes por obtenerla. En las culturas andinas como la inca, las hojas de coca, una vez humedecidas en la boca, se mezclaban con sustancias alcalinas que facilitaban la liberación del compuesto desde la hoja, y así se obtenía y se obtiene la ansiada sustancia.

Uno más de los descubrimientos de los españoles en América

La llegada de los españoles al continente americano no supuso únicamente el descubrimiento de unas tierras hasta entonces desconocidas, sino que permitió el encuentro con otras civilizaciones de las que se aprendieron numerosos secretos y curiosidades, que años después han sido relevantes para la humanidad. El misionero Ramón Pané, en la isla de la Española, describió sorprendido: "Los indígenas de la isla comen una hoja parecida a la albahaca del Mediterráneo a la que llaman guayo, que emplean en ritos funerarios y como planta medicinal". Pero ésta no era la única localización geográfica de consumo, y el dominico Ortiz habla del uso de la planta en Venezuela y Colombia. El consumo era tan extendido en Perú que el obispo de Cuzco le explicó a Carlos I que la coca era algo imprescindible para los indígenas, que decían que gracias a ella no sentían la fatiga ni el calor. El precio de las hojas era superior al del oro entre ellos.

Sin embargo, no es hasta 1574 que el médico sevillano Nicolás Monardes trae la cocaína a Europa. El viejo continente estaba a punto de contar con uno de sus mayores descubrimientos.

Doble interés

Para el gobierno español, los campos de coca suponían un alto rendimiento económico y la satisfacción de la población tan acostumbrada a su consumo. Sin embargo, los evangelizadores veían en su consumo una perpetuación de las antiguas religiones y la inclinación a una conducta poco cristiana. Felipe II zanjó el conflicto permitiendo su uso sólo para la medicina y el trabajo.

No es hasta el siglo xix cuado la vieja Europa comienza de nuevo a mostrar interés por esta planta.

En 1863 Mariani creó una bebida hecha con coca a la que denominó vino Mariano. Tuvo tanto éxito que al poco tiempo personajes ilustres como Edison, Émile Zola, el Papa León XIII y la Reina Victoria la publicitaron. Desde el vino Mariani, Pemberton fue modificando la composición hasta llegar a la secreta fórmula de la coca-cola. Poco antes de la prohibición de la sustancia en 1901, se sustituyó la coca por cafeína.

En 1860 Niemann aísla el principio activo y el médico peruano Moreno y Maíz presentó en París los efectos de la cocaína como anestésico local. Pero la cocaína entrará de lleno en el mundo de la medicina a través de una bella historia de amor.

Sigmund Freud y Marta

El joven Freud vivía sus años de juventud en Viena cuando se enamoró perdidamente de Marta. A la madre de ella no terminaba de gustarle el arrogante médico, al que veía con poco porvenir --no siempre las madres aciertan en sus opiniones--. Marta y su familia se trasladaron de ciudad y la pareja se vio condenada a la distancia. Freud, que no tenía dinero, decidió que debía ganar mucho y en poco tiempo, por lo que se puso a estudiar como un loco y pensó en utilizar la cocaína para el tratamiento de los pacientes psiquiátricos.

Los estudios de Freud sobre la sustancia dieron la vuelta al mundo. Comenzó probándola él mismo y con sus amigos, entre los que creó verdaderos cocainómanos. Describió sus efectos como fármaco útil para el tratamiento de la caquexia, anestésico local, estimulante... La cocaína se convirtió en la panacea.

Según pasaron los años y se extendió su consumo, la sociedad médica comenzó a descubrir la cara oculta de la sustancia. Sus usuarios se convertían en drogadictos, ya que la cocaína crea una fuerte adicción. El escándalo fue tan grande entre la comunidad científica que se llegó a acusar a Freud de haber introducido una de las peores desgracias de la humanidad. Freud elaboró un escrito sobre los efectos adversos de la cocaína.